Page 88 - Velasco y la independencia nacional

VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
el Perú está muy lejos aun de haber conquistado de modo permanente un orden social justo y libre. Esta es la meta de la revolución. Y estamos en camino de lograrla. Aquí justamente radica la diferencia sustancial entre el Perú de hoy y el Perú de ayer, caracterizado este último por la au- sencia total de una política orientada a que el pueblo pe- ruano desenvolviese su vida en libertad y justicia.
Somos plenamente conscientes de que la libertad y la justicia no pueden, en verdad, constituir valores dados. Son, por el contrario, valores cuya conquista presupone un largo proceso de lucha permanente para darles vida y constancia como normas de relación social. Nuestra revo- lución se orienta a la conquista de tales valores en el reco- nocimiento lúcido de que nunca logrará plasmar a pleni- tud su total realización. Esta revolución reconoce, por lo tanto, que la lucha por la justicia social y por la libertad no tiene verdaderamente fin en términos absolutos.
De otro lado, el humanismo de la Revolución Peruana como formulación teórica no es el humanismo abstracto de exclusiva procedencia religiosa desprovisto de conteni- do político real. Suscribimos una interpretación revolucio- naria del humanismo que sostiene la absoluta necesidad de transformar las bases organizativas de la sociedad en todos sus aspectos fundamentales. Si el orden tradicio- nal presionó y anuló al hombre, es preciso transformarlo para que el hombre pueda desarrollar todas las dimensio- nes de su ser social. De ahí que el ideal humanista tiene para nosotros un valor eminentemente revolucionario que constituye la justificación cimera de nuestra lucha por la transformación profunda y total de las relaciones de poder económico, político y social en el Perú.
Desde otro punto de vista, el humanismo revolucio- nario supone un interés fundamental no en “el hombre”
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