Page 102 - Para el buen gobierno de los pueblos
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venían traspasados de hambre, y les proveyesen de bastimentos hasta que llegasen a sus pueblos, porque no padeciesen por los caminos, y mandóles que se fuesen luego a sus casas.” (143-144)
121. Reconocer a los curacas
“[D]aban a cada capitán extranjero un Inca por superior, cuya orden y mandado obedeciese y guardase en las cosas de la milicia como su teniente: de esta manera venía a ser todo el ejército gobernado por los Incas, sin quitar a las otras naciones los cargos particulares que traían porque no se desfavoreciesen ni desdeñasen ni se los quitasen. Porque los Incas, en todo lo que no era contra sus leyes y ordenanzas, siempre mandaban se diese gusto y contento a los curacas y a las provincias de cada nación: por esta suavidad de gobierno que en toda cosa había, acudían los indios con tanta prontitud y amor a servir a los Incas.” (149)
122. La enseñanza de las leyes
“El Inca [Cápac Yupanqui], habiéndolos recibido con la afabilidad acostumbrada, mandó que asistiesen algunos días en su ejército, y que dos capitanes Incas de los más ancianos enseñase cada uno al suyo las leyes, fundadas en la ley natural, con que los Incas gobernaban sus reinos para que sus vasallos viviesen en paz, respetándose unos a otros, así en la honra como en la hacienda. Y para lo de las diferencias que tenían acerca de sus términos y jurisdicción sobre que fundaban sus guerras, envió dos Incas parientes suyos para que hiciesen pesquisa en las provincias de los curacas y supiesen de raíz las causas de aquellas guerras.” (151)






























































































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