Page 43 - Para el buen gobierno de los pueblos
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Enseñanzas de los Gobernantes Incas
enseñaban al pueblo el número de sus dioses y de sus Ídolos o estatuas, y declaraban las leyes y estatutos que acerca de su religión habían hecho, ó los reyes, ó la república, o el ministro mayor, que era como pontífice máximo [...] De entre estos se elegían ciertos jueces para que conociesen y castigasen todos los delitos y males, excesos y descuidos que contra su falsa religión se cometiesen, los cuales tenían uno como presidente que los gobernaba. De entre estos se elegía el gran Vilahoma [Willac Umu], que era como pontífice máximo entre ellos, que en los tiempos antiguos tenía jurisdicción sobre los reyes.” (156-157)
14. El gran sabio Vilahoma
“El gran Vilahoma [Willac Umu], era como supremo arbitro y juez en los casos de su religión y de los templos, a quien reconocían y reverenciaban los reyes y señores y todos los del pueblo y los ministros. Su vida era como religiosa, de mucha abstinencia; jamás comía carne, sino hierbas y raíces, acompañadas de su manera de pan de maíz; su casa era en el campo, y muy pocas veces en poblado; su hablar poco; vestido común, llano, de lana, pero muy honesto, hasta los tobillos, a manera de loba, y encima una manta muy larga o parda o negra, o morada; no bebía de su vino, sino siempre agua. El vivir en el campo era por contemplar y meditar más libremente en las estrellas, que tenía por sus dioses, y en las cosas de su religión.” (157)
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