Page 4 - Comunidades 3
P. 4
“Quitarse
los
zapatos"
Varios hechos importan a la ciudanía para entender mejor el perfil del gobierno que Pedro Castillo está empezando.
Editorial
4
Entre otros el mensaje que Castillo dio al cierre del evento con los Gobernadores Regionales, el 14 de agosto, bajo el título “Fortaleciendo la articulación intergubernamental en el marco de la descentralización".
Allí el Presidente volvió a exhibir la manera natural con que se comunica con la gente. Habló de “la hora de las provincias, y la hora de las regiones”, lo que de llevarse a la práctica, marcaría un verdadero punto de despegue de la descentralización. Invitó a los servidores públicos y a los gobiernos regionales a “quitarse los zapatos” y trabajar con la gente.
También son importantes las primeras declaraciones públicas de Vladímir Cerrón, secretario general del Partido Perú Libre, y del primer ministro Guido Bellido.políticos que son posiblemente los más vapuleados de las últimas semanas, y es bueno escuchar su verdad.
De todo esllo va quedando claro que las malas vibras de la campaña electoral levantaron varios mitos que se están desbaratando. Ni Castillo es un campesino ignorante; ni Cerrón maneja a Castillo; ni Bellido es un improvisado. Ni Cerrón es el monstruo marxista que planea la dictadura del proletariado.
Los tres líderes muestran que tienen algo nuevo para ofrecerle el país, empezando con hablarle con la sinceridad y sin rencor con que se le debe hablar. Sin escudarse en retórica rimbombante ni en falsos tecnicismos. Tienen claros los objetivos a los que apuntan, por los que la gente ha votado.
Lo mejor de todo: ninguno de ellos está pensando que se debe gobernar para los ganadores de las elecciones, sino para todos los peruanos, empezando por los más pobres y necesitados. La razón para ello no es solo solidaria -el primero en dar la mano a un peruano debe ser otro peruano- sino de justicia. La mayor pobreza peruana se debe a que a través de los siglos a la gente se le ha quitado o no se le ha pagado lo que merecen. Entonces por ahí está el remedio.
El presidente Castillo sabe, como maestro, que no se gobierna bien ningún país si no se pone el ejemplo. Lo que hemos tenido hasta ahora ha sido el mal ejemplo. El cinismo instalado en palacio de gobierno desde 1980, y con mayor desparpajo desde 1990.
Castillo les ha dicho a los gobernadores que va a transparentar los gastos de palacio, para mostrar cuanto gasto superfluo se puede ahorrar. Parece un gesto nimio, pero si el presidente lo hace, y así lo hacen los 25 gobernadores, los 197 alcaldes provinciales y los 1874 alcaldes distritales, entonces todas las leyes y reglamentos de transparencia en los que las burocracias legislativas y ministeriales gastan su tiempo, se vuelven completamente prescindibles.
Gobernar no es multiplicar los textos legales, sino predicar con el ejemplo. Es como dice el Presidente Castillo con puntería popular: “quitarse los zapatos”, dejar los discursos y ponerse a trabajar.