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No sufran si no terminan la tarea del conocimiento propio, la respuesta no
             los apura, si se sienten vivos y creciendo sigan el proceso, así camina el verda-
             dero conocer, darse conocimiento propio es un regalo de Dios, pero ustedes
             deben ayudar, escúchense por dentro, ámense en su totalidad sin prejuicios.
             La mayor parte sus vidas será un secreto para los otros, que no lo sea para
             ustedes también, encontrarse a ustedes mismos es propiciarse la posibilidad
             de conocerse a fondo. Un corazón inseguro vive con altibajos desconcertan-
             tes, decidan ustedes y arriésguense a volar con sus propias alas. La decisión
             verdadera nace del corazón libre e iluminado, lo suyo nace de ustedes y de la
             libertad.

                 No se fijen en la riqueza, eso también se desvanece. Fíjense en alguien que
             les haga sonreír, porque sólo se necesita una sonrisa para hacer que un día os-
             curo parezca claro. Encuentren a la persona que haga sonreír a su corazón. Hay
             momentos en la vida en que extrañás tanto a alguien, que tan sólo querés to-
             marlo de tus sueños y abrazarlo de verdad.
                 El pensamiento de otro ni les quita ni les agrega nada, creen su propia
             imagen y caminen en libertad. Ustedes valen por quienes son, no por lo que
             tengan, sus corazones se angustiarán ante la amenaza de perder amigos o se-
             res queridos, si ustedes son ustedes, nunca perderán a nadie, en un corazón
             despreocupado, entran todos, dejen libre su “YO” prisionero, suelten al niño
             natural que hoy son, orienten su vida hacia la realidad presente, organicen
             sabiamente su tiempo. Al despertarse, siéntanse vivos en conexión con sus
             sentimientos, miren hacia el horizonte, encuéntrense con la creación y comul-
             guen con la vida.

                 Sueñen lo que quieran soñar, sean lo que quieran ser. Porque sólo hay una
             vida y una sola oportunidad para hacer todas las cosas que quieran.

                 Las frutas no maduran a golpes, necesitan su tiempo, sean libres en hacerse
             a ustedes, como sus padres lo fueron al concebirlos. Ser ustedes mismos les exi-
             ge el vivir aquí y ahora conscientemente. Tan solo ustedes serán quienes pien-
             sen su vida.
                 ¿Pensarán por ustedes o por otros? ¿O para complacer a otros?

                 En el escenario de sus vidas habrá muchos personajes, el día que se queden
             solos, en su mismísima soledad, despertarán en serio para la vida, que es un
             movimiento íntimo que tiene el poder de desarrollarse en la acción y de poseer
             conscientemente su desarrollo, tiene su fuente en la interioridad. Por eso no es
             bueno que sea manipulada desde afuera.

                 Que la vida les dé felicidad para que sean dulces, las pruebas necesarias para
             hacerlos fuertes y la esperanza necesaria para que sean felices.
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