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MIEDO



                             Este cuento tiene que ver con una vivencia de hace muchísimos años cuando to-
                         davía las ciudades estaban aún más lejos unas de otras que hoy en día y no había
                         tanta comunicación, esta era más difícil o a veces no había medios entre las ciudades.
                             Entonces los profesionales de la salud viajaban de ciudad en ciudad y cuando en
                         una de estas había un parto y no había médico ni partera generalmente se iba a bus-
                         car un médico en una ciudad vecina para que asistiera en el nacimiento, cuando el
                         nacimiento se preveía que vendría complicado.

                             Dice el cuento que un médico sale del pueblo en su mula hasta el pueblo vecino
                         donde hay una parturienta que posiblemente va a tener dificultades, pero al salir de
                         su ciudad se encuentra con la Peste que estaba encarnada en una mujer con una cara
                         muy lúgubre y llena de pústulas.

                             Cuando el médico la ve venir se conmueve porque sabe que ella, la peste está lle-
                         gando al pueblo y que cuando se vaya algunas vidas se va a llevar. Entonces se anima
                         a hablarle y le dice:
                             ¿Otra vez por acá, por mi pueblo?

                             La peste le dice: No lo decido yo

                             ¿Cuántas vidas te vas a llevar esta vez?, pregunta el médico.

                             No sé, pero esta vez no van a ser muchas, van a ser apenas dos mil.
                             El médico recordaba las diez mil que se había llevado en su última visita.

                             ¿Me prometés, dijo el médico, que van a ser solo dos mil?

                             Si, si nada más que esa cantidad.

                             Entonces el médico se va al otro pueblo a atender a la parturienta. Ese parto se
                         complica un poco así que tarda diez días en volver a su ciudad. Cuando vuelve en-
                         cuentra a la Peste que sale de su pueblo y como él ya se había enterado la encaró
                         increpándola:
                             Me mentiste, me dijiste dos mil y te llevaste quince mil.

                             La peste le contestó: ¿Yo?... Yo no... Yo me llevé dos mil.

        49                   A las otras trece mil las mató el miedo .
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