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Sueña y escribe

él consideraba que entendía la naturaleza y también
sentía una gran conexión con los animales.

Akiyama después de un día ayudando a su madre en

la limpieza del hogar, sale de su casa para ir a
explorar el Monte Fuji con su mochila, después de
muchas horas recorriendo el lugar se topó con un

zorro. Cuando lo vio sacó de su mochila un poco de
carne y se la ofreció. El zorro un poco asustado

comió de su mano, Akiyama lo acarició un momento
y siguió su camino. Después de tanto tiempo
recorriendo el lugar el zorro lo siguió y Akiyama

encontró una cueva, en el suelo vio pedazos de
escamas y en el fondo unos objetos muy brillantes,
él creyó que había un animal en la cueva así que

entró con precaución.

Cuando ya estaba dentro de la cueva vio garras muy

grandes y mucho oro, él miró hacia arriba y vio que
eran 4 dragones durmiendo. Él jamás había visto

unas criaturas tan grandes, así que se asustó y al
mismo tiempo recordó la leyenda y el odio que les
tenían las personas de Honshu, los dragones

despertaron y vieron a Akiyama con una expresión
muy aterradora, él huyó del lugar. Los dragones
salieron de la cueva y quisieron buscar a Akiyama,

pero este logró escapar.

Akiyama llegó a su hogar, sus padres vieron que

estaba muy asustado y alterado, ellos preocupados
por su hijo le preguntaron qué había pasado.

Akiyama les contó lo que vio y su padre decidió ir de
una vez al palacio del emperador Amida. Cuando

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