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Sueña y escribe


                            lo cual nos dejó anonadados y alarmados a todos. Ya
                            no  estábamos  buscando  a  las  personas,  sino  sus

                            restos.


                            Los  mutantes  humanos  podían  estar  en  cualquier
                            lugar, y eso era lo más peligroso, nos agrupamos de
                            a cinco personas y nos dividimos para inspeccionar y

                            buscar  a  dichas  criaturas.  En  mi  grupo  me
                            encontraba  con  Teressa,  Isaac  y  dos  hombres

                            adultos  que  a  ciencia  cierta  no  conocía.  Toda  la
                            noche  buscamos  en  cielo  y  tierra  en  ese  enorme
                            edificio, y seguíamos sin encontrar nada, lo cual de

                            cierta  forma  nos  aliviaba.  Hasta  que  de  repente,
                            justo     cuando        acababa        nuestra       búsqueda,
                            escuchamos un sonido muy peculiar, esperábamos

                            lo peor, y eso fue lo que recibimos. Ante nuestros
                            ojos surgió una bestia de 3 metros, era horripilante.
                            Inmediatamente  nos  abalanzamos  sobre  este  e

                            intentamos inmovilizarlo, el mutante gruñía y daba
                            brincos por todo el lugar, era muy fuerte. En nuestro

                            intento  de  capturar  a  la  criatura,  esta  soltó  un
                            arañazo el cual encajo en toda la espalda de uno de
                            los hombres. El cual al sentir el profundo rasguño se

                            descargó contra lo más cercano que tenía, que era
                            una de las extremidades de la bestia. Lo que pasó a
                            continuación nunca lo vimos venir, el mutante soltó

                            un potente alarido de dolor y se desplomó inerte en
                            el suelo.


                            -¿Acaso vieron lo que yo vi?- Exclamó Teressa.
                            -¿Es posible lo que sucedió?-Respondí.

                            -No lo sé, pero tal vez deberíamos comunicárselo a
                            los demás, es muy importante- Dijo Isaac.




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