Page 299 - SUEÑA Y ESCRIBE 6 A 9
P. 299

Sueña y escribe


                            al refugio, le comentamos a todos de aquella ciudad
                            y sus promesas, siendo lo más seguro ir allá que salir

                            en un cohete a un satélite desconocido. Esto causó
                            todo tipo de opiniones, unos que decían que eso era

                            una mentira del gobierno, otros nos apoyaron y los
                            demás decían que ir a Initium era lo mejor.


                            Entonces, propuse hacer una expedición a Lux con
                            unos  pocos  y  así  confirmar  su  existencia.  Esta  fue

                            aprobada  y  ese  mismo  día  por  la  noche
                            emprendimos  el  viaje  con  dos  entusiastas,  para
                            evitar tanta radiación. A la mañana siguiente, llovían

                            gotas ácidas y unos enormes vientos nos obligaron a
                            guardarnos  en  una  cueva  tétrica  y  oscura.  Tan
                            pronto cesó la lluvia seguimos hasta pasar el límite

                            de donde conocíamos, todo aquel gris horizonte era
                            nuevo  para  nosotros.  Pasamos  por  lo  que
                            antiguamente  parecían  ser  robustos  e  imponentes

                            árboles,  caudales  abarrotados  de  peces  y  casas
                            habitadas de familias con sueños y esperanza. Una

                            noche descansamos en las ruinas de lo que parecía
                            un tribunal. Nos pareció conveniente armar ahí las
                            carpas  puesto  que  era  un  lugar  cerrado  y  así

                            quitarnos los trajes de radiación.

                            Fue cuando un terremoto sacudió  fuertemente  las

                            ruinas lo que hizo que un trozo de escombro cayera
                            y  rompiera  la  carpa  dejando  expuesto  a  Mauricio
                            ante  la  radiación.  Este  empezó  a  gritar  de  dolor  y

                            desesperado,  sin  pensarlo,  se  quitó  la  vida  con  un
                            tiro.  Afortunadamente  el  terremoto  no  daño

                            nuestros trajes ni provisiones, pero apagó la vida de
                            un padre ejemplar. Fernando y yo seguimos con el




                                                           298
   294   295   296   297   298   299   300   301   302   303   304