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Somos un solo planeta en casa

dicho orden social se vio alterado por la llegada de
un dígito que lo cambiaría todo, el 0.

Este número, era diferente, no era par, impar,

negativo o positivo, este número era sencillamente
él. La primera vez que lo vieron todos quedaron
sorprendidos, nunca habían visto un número así,

algunos le tenían miedo, otros sencillamente
pensaban que era un aburrido y burdo dígito por la

forma que tenía, otros vieron la oportunidad de una
rebelión.

Cuando la información de la llegada de un dígito
“diferente” llegó a los oídos del número Dos, el
número líder, pero también el más prepotente y

egocéntrico de todos, se sintió totalmente
amenazado, aterrado. Así que este ordenó a Cuatro,
un dígito leal y sumiso; Seis, un número muy

inteligente pero callado; y Ocho otro súbdito sin
opinión, que fueran por él. Pasaron los exámenes, y

después de muchos intentos, los pares lograron
llevar a Cero ante los ojos de Dos.

El Dos al principio actuó de la manera más
denigrante ante Cero, sin embargo, este número era
sumamente apacible. Por lo tanto, Dos empezó a

exasperarse y subió la intensidad de su enojo, este
número empezó a decirle que, si no se iba, lo
borraría, que él no podía hacer nada, ni sumar, ni

restar, ni dividir, no era nadie y no hacía nada, sin
embargo, el Cero seguía sin decir nada. Por dicha

razón Dos ordenó a Seis que enviará a Cero a
prisión, sin embargo, cuando este hacía esto, Cero

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