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"Divórciate Bien"
No te precipites: El divorcio es un proceso largo y costoso, así que tómate tu tiempo para adoptar las
decisiones importantes que te van afectar por los próximos años.
Cada divorcio es diferente: Nos encontramos muchas veces con clientes que nos hablan de casos de
conocidos o que han leído y tratan de compararlos con su propia situación, creyendo que los resultados han
de ser parecidos. Sin embargo, esto no es así. Cada caso es particular y distinto. Las condiciones de los
cónyuges son diferentes (edad, posición económica, salud, años de convivencia, patrimonios, situación
laboral, nivel de vida, etc.), como también lo son las de los hijos (número de hijos, edad, gastos,
circunstancias de su salud, etc.).
Es un proceso largo: la persona que está iniciando un proceso de divorcio debe saber que va a transcurrir
bastante tiempo hasta el final. Todo empezará con las conversaciones con los abogados y la recopilación de
la documentación que se pida.
Se iniciarán negociaciones entre los abogados de cada parte y, en caso de que no se llegue a ningún
acuerdo, se presentará demanda judicial de divorcio, que comportará la consiguiente contestación a la
misma por la otra parte. Posteriormente, en el acto del juicio, las partes expondrán sus peticiones
debidamente fundamentadas.
Finalmente, el Juez emitirá sentencia con los pronunciamientos que considere oportunos.
Céntrate en el futuro, no en el pasado: Como hemos dicho antes, el divorcio es una solución a un problema de
la pareja. Se busca superar una situación de crisis, por lo que es esencial que los cónyuges se centren en lo
que les conviene de ahora en adelante, y no en lo que pasó o lo que hizo o no hizo el otro.
No hay ganador ni perdedor: en estos procedimientos debe buscarse la vía más satisfactoria en términos
generales para que las soluciones que se adopten beneficien a todos. Pensemos que, por intentar perjudicar
al otro, no vamos a ser más felices a largo plazo, ni tampoco significa que sea lo mejor para uno mismo.
Sé sincero con tu abogado: es contraproducente pensar que si miento a mi abogado o le escondo
información que me pueda perjudicar será beneficioso para mí. El abogado debe ir muy preparado para la
defensa de su cliente y frente a cualquier alegación o documentación que se pueda aportar de contrario. Si
no le hemos informado de forma correcta y veraz, la estrategia se nos puede volver en contra, pues nuestro
abogado no se habrá preparado para esta situación.
Piensa en el bienestar de los hijos: Para los hijos, el ideal de familia es que sus padres estén juntos, por lo
que la ruptura de la convivencia les supondrá un choque emocional importante. No podemos olvidarnos de
ellos, es esencial que se les explique lo que está pasando y que no se vean implicados en las disputas de los
padres o se les utilice como herramienta de negociación. Los padres deben protegerlos de todo este entorno
negativo para evitarles problemas de salud que podrían afectarles por mucho tiempo.
Elige bien a tu abogado: el cliente debe sentirse cómodo con el abogado que elija.
Para ello, deberá tener en cuenta que la estrategia que quiera seguir el abogado y su estilo para llevarla a
cabo, sea el que desea y se ajusta a su propia manera de ser.
Todos sabemos que hay abogados más conciliadores y otros más agresivos. Es primordial que exista un
alto nivel de confianza con nuestro abogado o abogada, puesto que es la persona que va a defender nuestros
intereses en un momento emocionalmente complicado.
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ZAMBRANO ATENCIO,
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Cynthia Yazmin
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