Page 39 - 2018_16.1_Neat
P. 39
son prescripciones morales de lo que debe ser la sexualidad apegada a valores católicos, especialmente
heterosexuales y reproductivos. Por eso, consideramos que la vigilancia heteronormativa atenta contra
el carácter laico como derecho educativo en la escuela pública. 39
Sin identificar a la escuela como responsable por los problemas de violencia social, sí promueve modelos
de identidad masculina, fuertes, depositarios de autoridad moral en materia de género y jefes de
familia, que no se ajustan más a los nuevos tiempos, donde no son más los proveedores únicos o
las máximas autoridades morales al interior de las familias. Los contextos de crisis económicas
y constantes cambios socioculturales, les presentan a los varones dilemas inéditos en cuanto a
su papel en los tiempos actuales que en no pocos casos les resultan irresolubles. De este modo,
la violencia se convierte en uno de los escasos rasgos de identidad que con cierta seguridad les
otorgaría prestigio o respeto, como señalaba Vladimir, frente a los demás varones. Es interesante
dejar como tema de discusión el panorama que a futuro se podría vislumbrar en materia de la
violencia como problema de salud pública, en particular entre los varones, frente a estos paradigmas.
El reto es pedagógico y etnográfico, pues así planteado se trata de desmontar la lente identitaria
con la que históricamente se ha aprendido a ser hombres y mujeres verdaderos. Creemos que los
esfuerzos hechos hasta ahora en materia de prevención de violencia escolar son muy necesarios,
sin embargo, es imperante que además se advierta la existencia de formas invisibilizadas de
vigilancia heteronormativa y a posibles raíces violentas entre los jóvenes, porque construida y
legitimada desde el propio orden disciplinar escolar, propicia modelos de convivencia que poco
ayudan a la producción de aulas sin violencia de género y riesgos de salud tanto para hombres
como mujeres.