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CulturaMiércoles 13 Mayo 2015

El hurto del libro despertó solidaridad

Álvaro Castillo se sor- él, para mucha gente “el robo teca Nacional. “El libro es un
prendió, se sintió conmo se convirtió en una enfrenta. testimonio de la solidaridad,
vido y se emocionó mucho Yo jamás pensé que el libro de la capaci dad de indig-
por el sentimiento de soli- aparecería”, dice, y señala que nación. Si los colombianos
daridad que despertó el robo tiene una gran gratitud hacia somos capaces de unirnos
del primer ejemplar de Cien la Policía y los colombianos. ante esto, lo podemos hacer
años de soledad. El libro ya no es de él, dice, ante cualquier cosa”. Álvaro
Para él, un hecho minúscu- lo tomó en sus manos y sin- solo siente gratitud, y por
lo que movió cantidades de tió que no le pertenecía, que ello también donará parte de
personas que él no conocía era de todos. por eso decidió su colección personal sobre
y a quienes no tiene cómo que el mejor lugar para que Gabo a la misma biblioteca.
pagarles. “Primero un taxista se conserve será la Bi blio- Tomado de Colombiano
me dijo: ‘¿tiene Twitter para
que lo pongamos a ver cómo
le podemos ayudar los taxis-
tas?’ Luego, un niño de un
colegio me dijo: ‘a usted fue
al que le robaron Cien años
de soledad’, me dio un abra-
zo y me dijo que lo sentía
mucho”.
Para Álvaro, el librero dueño
del ejemplar, cuando se re-
ciben esas muestras de apoyo
y acompañamiento, lo que en
un comienzo es una calami-
dad personal se vuelve una
calamidad de todos. Según

(De)construir desde las ruinas

En 1920, el Constructi vis- máquina de Tatlin como re rusa que está en los colores Alexis Márquez Rodríguez: adiós
mo ruso afrontó el primer liquia pero puesta en marcha que los dos artistas se han al maestro de la lengua
resquebrajamiento en sus en la imaginación de estos propuesto utilizar. El rojo, el
cimientos de hierro, cemen- artistas. En el único espacio blanco y el negro refieren a Alexis Márquez Rodríguez (Sabaneta, 1931) solía decir que
to y vidrio. Naum Gabo y que hace falta para ponerse ese pasado constructivista y nació en Barinas por accidente. Hijo de un herrero que se
Antoine Pevsner, los herma- en marcha. No tanto para en los degradés que logran hizo una cultura por interés propio, sólo vivió año y medio
nos de un lado; Tatlin y Rod- pensar un presente político en las piezas proyectan el en la tierra en la que llegó al mundo. Aquel niño nativo de
chenko quedaron del otro. Y revolucionario sino para su arco cromático hasta el pre- los llanos llegó a ser miembro (y vicepresidente, 2005-2007)
todo por el arte: más precisa- vinculación productiva con sente. Una cita sutil que se de la Academia Venezolana de la Lengua. el pasado domingo
mente por el Monumento el arte contemporáneo. Es engama en los papeles ple- el investigador murió a los 84 años tras una vida dedicada al
a la Tercera Internacional exquisito este trabajo que gados de Azar y que tienen cuidado del idioma.
pergeñado por Vladimir une, con ligaduras de fanta- su contrapunto en la foto- El currículo de Marquéz Rodríguez podría resumirse así: es-
Tatlin que, para colmo, fue sía, dos comienzos de siglo grafía de Miño que recupera critor, abogado, ensayista, columnista, docente universitario.
dejado en los sueños utópi- tan distintos. El triunfo, en la geometría y el cemento Egresó del Instituto Pedagógico de Caracas como profesor
cos del diseño en los fervores ese sentido, acompaña a lo como otro modo de apropi- de Castellano y Literatura, fue director de la Escuela de Co-
bolcheviques en plena ebul- que queda y mitiga su valor ación de ese pasado. Por el municación Social de la Universidad Central de Venezuela,
lición. Ese edificio, que iba de victoria. Por el contrario, otro, en el cruce de ambos integrante de la Academia Norteamericana de la Lengua Es-
a ser más alto que la Torre en su modestia deja ver el llevan al límite las nociones pañola, miembro Correspondiente de Hispanoamérica de la
Eiffel, con un cubo, un cilin- verdadero sentido del logro. de autor y de disciplinas. Academia Cubana de la Lengua, presidente de Monte Ávila
dro, una media esfera y una El éxito, entonces, está en Eligen dos maneras de hac- Editores Latinoamericana (1996-2001) en la época en la que
pirámide, todos estos cuer- desafiar a la justeza de los er obra conjunta: una pieza se denunció el plagio de Javier Vidal, estudioso de la vida y
pos geométricos de vidrio, números y hacer de un dúo, muy grande que intercala obra de Alejo Carpentier, autor más de 30 libros de ensayos
rotando a diferentes velocid- un pregnante trabajo en co- pequeñas realizaciones de e investigación literaria. Antes, el intelectual venezolano en-
ades, nunca fue construido laboración, algo más que eso. cada uno, donde las acu- contró su pasión por los libros en la casa de sus padres. Hay
pero suscitó críticas y adhe- Buscar un tres en un par per- arelas de Amadeo se pare- que remontarse a la niñez: “Uno de mis grandes maestros fue
siones, por partes iguales. fecto. cen mucho a las fotografías mi papá, que era un gran lector, con afición literaria. Me des-
Mientras las pri meras pre- La sala tiene cuatro obras de Miño. En este caso, cada pertaba a las 5:00 am para enseñarme a leer. Tendría apenas
tendían librar al arte de un que discuten varios tópicos uno fuerza su propio lugar, nueve años cuando ya yo había leído obras de Máximo Gor-
sentido utilitario y no mez- del arte contemporáneo, al la pintura y la fotografía, para ki”, le contó a María Elena Lavaud en una entrevista.
clar casas y puentes con tiempo que exhiben su capa- acercarse al otro. Tomado de Alexis Márquez Rodríguez fue un catedrático del lenguaje.
puro arte, los que lo amaron cidad de belleza. Por un lado, Perfil Prueba de ello está en su colección de libros Con la lengua, en
pronosticaron: “El arte está la relación con la vanguardia la que recopiló sus artículos que publicó en periódicos duran-
muerto. ¡Larga vida al arte de te más dos décadas. “Alexis hizo una gran tarea de educador
la máquina de Tatlin!”. desde la prensa. La muerte de Márquez Rodríguez deja un
Es lindo pensar que pasa- vacío irreparable en la literatura venezolana. Universal
ron los años y la máquina
del genial artista ruso sigue
funcionando. Los restos del
triunfo (dos x tres), la singu-
lar muestra de Amadeo Azar
y Jorge Miño, podría ser la
experimentación, fruto de
ese pensamiento. El resto,
como ruina, nombra al olvi-
do y la memoria al mismo
tiempo. Esa capacidad dual,
hasta paradójica, de con-
tribuir a estos opuestos. La
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