Page 173 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
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—CREO que me fue de maravilla —me explicó Daniel antes de empezar la
               segunda de nuestras clases, mientras borraba del pizarrón las anotaciones
               anteriores.


               —Lo sé, yo también estuve ayer en la cocina. Les diste un buen susto.


               —Fue sin querer. No había visto el recogedor.


               —No te preocupes. Son cosas que pasan.


               —¿Y a ti cómo te fue?


               —Maravillosamente bien. Dentro del libro pude mostrarme tal como soy. Seguro
               que Grete se quedó muy enamorada —le expliqué—; ¿quieres detalles?


               —No, Chong Lee, confío en tu palabra.

               Y entonces Daniel dejó el pizarrón, volteó hacia el frente y me sonrió, pero ya no
               pudo verme. Su sonrisa mudó en una mueca de asombro.


               —Qué bueno que confíes en mí, eso asegura que nuestra relación escolar será
               óptima —le dije, para tranquilizarlo, desde el fondo de uno de los pósters que
               adornaban su recámara.


               Era la caricatura de una selva. Se podía ver una gran variedad de animales de
               diferentes especies. Sobre todo pajarracos multicolores.


               —¿Dónde estás, Chong Lee?


               —En la selva.


               Entonces Daniel se acercó al póster y se puso a mirar con detenimiento.


               —Sólo veo pájaros, changos, dos leones, una boa y una pantera.


               —Fíjate bien.


               —¿Eres la rana?


               —No soy la rana: estoy en la rana —puntualicé—. Para ser más exactos, en el
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