Page 157 - 1.000 chistes para partirse de risa
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505. EL TIEMPO NO CUENTA
Un señor de ciudad está paseando por el campo y ve a un
campesino que sostiene en alto a un cerdito para que pueda
comerse unas manzanas directamente del árbol.
Extrañado, el señor le pregunta al campesino:
—Disculpe, pero ¿no sería más práctico sacudir el árbol y que el
cerdo comiera las manzanas del suelo? ¡Ahorraría un montón de
tiempo!
Y el campesino le responde:
—¡Desde luego, mira que llegáis a ser raros los de ciudad! ¿Y qué
necesidad tiene el cerdo de ahorrar tiempo?
506. ZAPATOS NUEVOS
Una señora entra en una zapatería, elige un par de modelos y el
dependiente la ayuda a probárselos.
—Me aprietan un poco —se queja la mujer.
Sin embargo, el dependiente la tranquiliza:
—No se preocupe, señora, verá cómo en un par de días le irán
perfectos.
—Ah, muy bien —responde ella poniéndose en pie y dirigiéndose a
la puerta—, ¡entonces pasaré dentro de dos días!
507. LEÑADOR
Unos vagabundos se refugian en una cabaña, y el más anciano de
todos empieza a presumir de haber sido el mejor leñador del mundo
cuando era joven. Uno de los vagabundos le pregunta dónde había
trabajado:
—Donde hice mi mejor trabajo —responde el anciano— fue en el
Sahara.