Page 87 - Cuatro ratones en la selva negra

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o quizá por allá, tengo que elegir (pero ¿por
qué tengo que elegir, eh. por qué?).
Media hora más tarde me confesé a mí mis-
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mo, llorando:
-iPor mil quesos de bola! I eheperdido!
Vagué durante horas y horas por la SelvaNegra.
De vez en cuando me paraba a llorar.
-Ah. ¿por qué he firmado?
Después me enfurecía:
-Pero si vuelvo .... si vuelvo vivo..., ise las
verán conmigo mis parientes!
De repente oí un ruido entre el follaje. Me
O quedé en silencio, alarmado, y me escondí.
.. ¿Sería un felino? ¿Un gato salvaje? Agarré
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,.. un palo grueso y me preparé para romperse-
;;; lo en la cabezota.
=;¡:
~ -¡Venderé caro mi pelaje!
~ Entonces vi moverse una mata.
~ -¡Ya te daré yo. felino malvado! -eh¡lIé
~ golpeando con todas mis fuerzas.
~