Page 88 - Cuatro ratones en la selva negra
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DI,4,O; ~ JUI\I.'i
Oí un grito de dolor: ¡era B.C.!
-iPerdóname. Balaclavo! [Creía que era un
felino!
Él se lamentaba: ,
-jA~ ayayay)'~~ •
Aunque le apliqué una compresa de hojas mo-
jadas le brotó un bonito chichón en la frente.
De lodos modos, me sentía más Iranquilo
Iras haber encontrado a Balaclavo, ¡que se-
guro que sabía cómo llegar al C'IPI 2! Ejem.
Arsenia había ordenado que llegáramos so-
los, pero ¡después de lodo nos habíamos en-
contrado por casualidad!
Él refunfuñó:
-¡(.;mp[, pongámonos en marcha!
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