Page 76 - SEGUNDA PARTE DE LA CREENCIAS Y NO CREENCIAS DE LAS RELIGIONRD
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los bálsamos, a preparar jarabes y
confituras, esencias y extractos que le
aseguraron la imperecedera gratitud
de cuantos los utilizaron. La vida se
deslizaba tranquila y serenamente y
un buen día el doctor Nostradamus
tomó por esposa a una joven
doncella. Su casa pudo regocijarse
pronto con el nacimientode dos hijos
que vinieron al mundo, uno tras otro
en el espacio de pocos meses.
Entonces el fuego de la presciencia, el
anhelo de escudriñar los secretos de
la vida y de la muerte parecían en él
decisivamente adormecidos. Las
enseñanzas que desde su más tierna
infancia le habían transmitido los
ancianos de su familia, su capacidad
de escrutar el firmamento estelar,
con aquella agudísima vista de quien
sabe interpretar el camino de los