Page 6 - Genero_Deporte_tema2
P. 6
Género y deporte – Tema 2: Incorporación de la mujer al ámbito deportivo
En este sentido es fundamental la asesoría psicológica, el involucramiento activo de padres y entrenadores, la evaluación nutricional y eventualmente la evaluación ginecológica
3.2.- DEPORTE Y EMBARAZO
Practicar deporte durante el embarazo no sólo es posible para la mujer sino que incluso beneficios, siempre que se elija el deporte más adecuado y se signa una serie de precauciones.
La práctica de ejercicio físico durante el embarazo aporta los siguientes beneficios:
Mejora la condición cardiovascular, es decir, mejora la condición física, lo cual es importante para enfrentarse al trabajo de parto.
Favorece el mantener una correcta postura. Sobre todo si tenemos en cuenta que debido a los cambios estructurales del cuerpo para adaptarse a la nueva situación (aumento de la curvatura dorso lumbar por el crecimiento de la tripa, desplazamiento de las caderas...), existirán ciertas regiones más forzadas a nivel óseo y muscular.
Evita el aumento excesivo de peso, y con ellos el riesgo de sufrir diabetes gestacional.
Disminuye el estreñimiento.
Mejora el bienestar psicológico, reduciendo los niveles de ansiedad.
En todo caso la planificación del ejercicio físico deberá realizarse de forma individualizada, adaptándose el programa de ejercicios a las modificaciones tanto anatómicas como funcionales que experimentes la mujer a lo largo de la gestación y también deberá adaptarse al nivel de ejercicio físico que realizaba antes del embarazo.
En general deberán evitarse aquellos deportes que supongan un riesgo de caída: esquí, patinaje... deportes de contacto como el baloncesto, voleibol... y aquellos que provoquen un agotamiento excesivo, así como durante el tercer trimestre se evitarán aquellos deportes que impliquen estar en posición estática durante periodos prolongados.
Las mujeres que practicaban deporte antes de la gestación, en general, podrán seguir practicándolo, en especial durante el primer y segundo trimestre, evitando los mencionados anteriormente.
También debemos tener en cuenta que existen situaciones médicas que contraindican la práctica del ejercicio físico, como son la placenta previa, historial con abortos, amenaza de embarazo pretérmino, etc. por lo que antes de que la mujer decida practicar ejercicio es importante que lo consulte con su ginecólogo.