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En el organismo los ácidos grasos saturados se emplean para producir energía y un aporte mínimo es fundamental para sintetizar sustancias vitales como el colesterol o las hormonas sexuales. Las grasas no saturadas desempeñan una función estructural, en la configuración de membranas celulares y hormonas, aunque también pueden servir como fuentes de energía cuando se consumen pocas grasas saturadas, hidratos de carbono o proteínas.
La necesidad media de ácidos grasos esenciales se ha establecido entre 5 y 8 gr al día, si bien durante el embarazo, lactancia y niñez se ven incrementadas debido a la necesidad de síntesis de membranas celulares. La relación de ingesta de este tipo de ácidos grasos debe ser de 4:1 (O6:O3). La escasa aportación a la dieta provoca eczemas, infecciones en piel, infertilidad, reducción de la capacidad de crecimiento y desarrollo muscular, etc.
Las últimas investigaciones sobre el aporte de grasas desde la dieta hablan de un 20% a un 30% del aporte calórico total. La mayoría deben ser monoinsaturadas (12%-14%), luego las poliinsaturadas (10%) y en menor medida las saturadas (6%-8% del total de calorías).
Un consumo adecuado de grasas se vincula a:
Promover la oxidación de lípidos como fuente de energía y preservar los niveles de glucosa y glucógeno en el organismo.
Rellenar los depósitos de triglicéridos (TGL) intramusculares tras un entrenamiento.
Mejorar la función inmunológica.
Mejorar la respuesta hormonal durante los procesos de recuperación.
Además de la función energética vista en temas anteriores, existen otras funciones de los lípidos:
Protección y aislamiento contra el frío.
Transporte de vitaminas liposolubles: A, D, E, K.
Depresor del hambre e incremento del sabor de los alimentos.
2.4. Vitaminas
Son sustancias orgánicas esenciales y su presencia en cantidades óptimas es determinante para poder desarrollar procesos metabólicos. Nuestro organismo no es capaz de sintetizarlas por sí mismo, por lo que es necesario aportarlas con la dieta.
Las vitaminas no aportan energía pero desempeñan un papel indispensable como coenzimas (elemento necesario para que la enzima pueda actuar convenientemente) para que funcionen las vías energéticas, se sinteticen tejidos y otras funciones vitales.
Según sus propiedades químicas, las vitaminas se pueden clasificar en dos grupos:
1. Hidrosolubles. Vitaminas del grupo B y vitamina C. Al ser solubles en agua pueden ser transportadas por la sangre. No se almacenan en grandes cantidades en el organismo, por lo que cuando hay altas concentraciones el cuerpo las excreta a través de orina y sudor. Dentro de sus funciones se encuentran las relativas a procesos energéticos, antioxidantes, regeneración del tejido muscular y síntesis de neurotransmisores. Se aportan con una dieta rica en vegetales, frutas y proteínas de origen animal.
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 10 8