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2. Liposolubles. Son las vitaminas A, D, E, y K. Son solubles en grasas y aceites de las comidas. Son transportadas por los lípidos y se pueden almacenar en el organismo, sobre todo en el tejido adiposo.
Las vitaminas no siempre están disponibles en los alimentos en formas que el organismo pueda utilizarlas biológicamente. Por ejemplo la vitamina B3 (niacina) se encuentra ligada casi siempre a otros elementos que dificultan su absorción por el aparato digestivo, o las liposolubles que dependen del aporte de grasas y su digestibilidad para ser asimiladas.
Se consideran antivitaminas las sustancias tóxicas que bloquean la absorción de vitaminas, como por ejemplo algunos fármacos. Las provitaminas son sustancias presentes en los alimentos que pueden transformarse en vitaminas en el organismo (carotenos presentes en zanahorias se transforman en vitamina A).
Las recomendaciones sobre ingesta de suplementos vitamínicos están relacionados con mantener un margen de seguridad por encima de los requerimientos fisiológicos medios.
2.5. Minerales
El 4% de la masa corporal está compuesta por 22 elementos metálicos que se encuentran en enzimas, hormonas, vitaminas y fluidos orgánicos unidos a otros componentes específicos (fosfato de calcio en huesos).
Los minerales se pueden clasificar en:
Microminerales. Aquéllos cuyas necesidades diarias son < 100 mlg/día: calcio, fósforo, potasio, sodio, sulfuro, magnesio y cloro.
Macrominerales. Aquéllos cuyas necesidades diarias superan los 100 mlg/día: hierro, zinc, cobre, cromo, cobalto, yodo, manganeso, selenio y flúor.
Los minerales desempeñan funciones vitales en nuestro cuerpo: como cofactores para la realización de reacciones vitales, participan en la formación de tejidos, facilitan la absorción de nutrientes, ayudan a formar estructuras óseas y dientes, colaboran en los procesos de generación de energía, producción de fuerza muscular, conducción de impulsos nerviosos, favorecen el equilibrio ácido base, ayudan a regular el metabolismo energético celular, los procesos de transporte de oxígeno y facilitan la síntesis de hormonas (McArdle y col, 2000).
2.6. Agua y electrolitos
El agua no se suele considerar en las listas de nutrientes pero el hecho de que deba ser aportada en cantidades considerables y muy superiores a las que se derivan del metabolismo nos lleva a tratarla como el nutriente más importante del organismo.
Es esencial para el desarrollo de los procesos metabólicos, transportar sustancias hacia las células, facilitar el intercambio de nutrientes y metabolitos entre los tejidos y el medio externo, bañar los tejidos, ser el medio por el que los metabolitos derivados del trabajo celular son expulsados del organismo, ayudar a lubricar las articulaciones y ser el medio indispensable donde solutos como el potasio o el sodio se disuelven formando iones (Manore y Thompson, 2000).
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 10 9