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Para los antiguos griegos la práctica del deporte era fundamental para la educación de sus jóvenes, incluso en algunas ciudades como Esparta también de las mujeres. A través del deporte se preparaban para la guerra y expresaban su religiosidad.
Los gimnasios y palestras eran tan frecuentados como los templos. Eran lugares donde los griegos se entrenaban, ya que la holgazanería y dejadez eran propias de bárbaros y no de hombres griegos de bien. Eran también lugares donde reunirse para observar los ejercicios de los jóvenes que eran dirigidos por maestros o entrenadores.
Otra de las características más peculiares de los antiguos griegos era su espíritu agonístico. La palabra griega “agón” (de dónde vienen nuestras palabras agonía y agónico) se aplica a toda lucha o competición que enfrenta a dos adversarios, bien en forma de debate en las asambleas públicas, bien en forma de desafíos de fuerza o destreza entre camaradas o bien en forma de rivalidad dirimida en el campo de batalla. La guerra era la forma máxima de competición, pero la lucha continua entre las diferentes polis (ciudades) hubiera debilitado demasiado a la nación ante sus enemigos. Para sustituir a la guerra se desarrolló el agón deportivo, donde podía desfogarse la belicosidad de los jóvenes y dirimirse las rivalidades entre individuos y polis.
En virtud de este agonismo deportivo, tenían lugar en la antigua Grecia un gran número de competiciones deportivas. Unas de las pruebas con más transcendencia en la sociedad griega eran los juegos panhelénicos que se celebraban en honor a diferentes dioses.
- Juegos olímpicos en Olimpia (los más importantes), en honor a Zeus. La primera olimpiada de la que se tiene constancia se celebró en el año 776 a.C.
- Juegos píticos en Delfos, en honor a Apolo.
- Juegos ítsmicos en Itsmia, en honor a Poseidón.
- Juegos nemeos en Neméa, también en honor a Zeus.
Los juegos olímpicos se celebraban cada cuatro años, los juegos píticos se celebraban cada dos años (en los años anterior y posterior a los juegos olímpicos) y en los años intermedios se celebraban los juegos nemeos e ítsmicos.
Durante la celebración de estos juegos se decretaba una tregua sagrada, por lo que guerrear mientras su celebración era considerado sacrilegio. Los premios para los ganadores no consistían en riquezas, sino en reconocimiento general de la sociedad y el favor de los dioses. Además, en Olimpia se entregaba una corona de hojas de olivo, una de laurel en Delfos, de pino en Itsmia y de vid en Nemea.
Para participar en los juegos los atletas debían ser griegos, hombres libres, jóvenes, superar un entrenamiento de diez meses y no ser profesionales. Los juegos duraban cinco días y durante la ceremonia de apertura los atletas juraban respetar las reglas.
Teoría y Sociología del Deporte
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