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Al vencedor de la contienda le correspondía decidir sobre la suerte de su adversario; en presencia del emperador, le decía a éste el derecho y el emperador a su vez, pedía opinión al público.
Si el público no otorgaba el perdón el vencido ponía el cuello y el vencedor le clavaba la espada.
El gladiador victorioso daba vueltas a la arena aclamado y recibía diversos regalos como bandejas de plata, monedas de oro...; desde ese momento se había convertido en famoso, ya fuera esclavo, prisionero o ciudadano pobre. En ocasiones conseguían la “rudis” (vara de madera que simbolizaba la liberta).
Cuando un gladiador vencido quedaba tirado en la arena, rápidamente llegaban empleados disfrazados de Caronte (el barquero del infierno) y Hermes (encargado de llevar la almas al infierno) y le daban unos mazazos en la cabeza para asegurarse de que estaba muerto; después otros empleados se lo llevan a rastras fuera de la arena.
Intelectuales como Cicerón aprobaban e incluso hacían apología educativa de estos espectáculos.
5.- EDAD MEDIA (S.VI– S.XV)
La época medieval es un momento de crisis para el deporte. Esta época se centra en un espiritualismo impuesto por la Iglesia y sus máximos seguidores y representantes, y dirigido al menosprecio de la práctica física. El deporte no es valorado porque lo único que interesa es la salvación del alma. No obstante, y a pesar de esta tendencia espiritual, se desarrollaron algunas actividades físicas.
Al igual que en esta época la sociedad estaba estratificada: nobleza, clero y “tercer estado” (reúne a todos los ciudadanos que no son clero ni nobleza, incluida la burguesía); también existe una diferencia entre las actividades deportivas practicadas por la nobleza y las practicas por el pueblo llano. Mientras que
Teoría y Sociología del Deporte
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