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Primeros Auxilios. Tema 4
En las reacciones de violencia hay un aumento de los impulsos agresivos, un aumento de la reactividad emocional frente a los estímulos externos y un fallo en los mecanismos que controlan los impulsos. La agresión es una reacción a una experiencia de amenaza y una amenaza en sí misma.
Si una persona se muestra violenta y agresiva lo primero será autoprotegerse. Debe mantenerse en todo momento una distancia mínima de seguridad y unas vías de salida abiertas, así como solicitar la ayuda de personal de seguridad (policía, guardias de seguridad...). Valorar si tolera el acercamiento antes de intentar acercarse. Una vez más identificarnos y aproximarnos de forma calmada y no invasiva, expresando nuestra intención de ayudarle y transmitiendo tranquilidad y seguridad a la persona, resulta crucial.
Es fundamental analizar el peligro inminente para el sujeto y para terceros.
Ejemplo: En un accidente con múltiples heridos, un hombre se muestra muy nervioso y al querer atender a un familiar herido, amenaza de forma violenta a gritos con agredirnos. Manteniendo la distancia de seguridad y usando un tono directivo y firme a un volumen de voz normal y no elevado le decimos: “Entiendo que te encuentres furioso pero con agresividad no vas a conseguir nada. Yo lo que quiero es ayudarte a ti y a tu hermano; si mantenemos la calma podré ayudarle mejor. Yo estoy para eso y le ayudaré pero no puedo hacerlo si intentas hacerme daño; entre los dos podemos conseguir que se encuentre mejor”
EL TRABAJO EN EQUIPO
A menudo tanto si trabajamos como socorristas, como en cualquier actuación de primeros auxilios, podremos estar inmersos en equipos de trabajo o tener que coordinarnos con otros equipos de salvamento o personas para llevar a cabo nuestras tareas. Por esa razón será importante aprender a trabajar en colaboración con otras personas.
Entendemos el equipo como un grupo de personas organizadas para realizar una determinada tarea. La característica principal y deseable del equipo es que reúne a diferentes personas cada una con sus propias fortalezas, por lo que al condensarlas, se convierte en un agente de acción más preparado y eficiente que un agente individual. Las diferencias de pensamiento entre los miembros de un equipo permiten que cada uno aporte ideas nuevas que llevan a la construcción de soluciones creativas y completas.
Los objetivos deben ser comunes y estar esclarecidos de forma que todos los miembros trabajen en pos de alcanzar una misma meta. Otra característica del trabajo en equipo sería la interdependencia que relaciona a sus miembros: estos se necesitan unos a otros para alcanzar los objetivos. Por ello cooperan y se coordinan, comparten información y responsabilidades.
Es imprescindible que exista una comunicación fluida entre los miembros del equipo y que se otorgue una especial importancia a la retroalimentación, es decir, a la devolución permanente del interlocutor sobre la información que le llega.
Berta Pinilla Santos /Jorge Sances Criado
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