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   estudiantes universitarios, sólo un 30% de ellas se matricula en carreras eminentemente científicas, como las matemáticas, la física y las ingenierías. Ese déficit está en la base de la brecha de empleo de calidad entre las mujeres.
Población gitana. Si bien los niveles de analfabetismo en la población gitana se sitúan cada vez más cerca de los de la población en general, otros indicadores del nivel educativo de esta población ponen de manifiesto la enorme brecha existente. De acuerdo con los indicadores establecidos en la Estrategia Nacional para la Inclusión de la Población Gitana en España 2012- 2020 y su evaluación intermedia llevada a cabo en 2016, existen aún unos altos niveles de abandono escolar en secundaria: el 61,1% en hombres y el 64,3% en mujeres gitanas entre 12 y 24 años (Fundación Secretariado Gitano, 2013), frente al 20% del total de la población entre 18 y 24 años. Especialmente preocupante es el nivel de abandono escolar de las chicas gitanas que se produce en edades más tempranas, desde los 10 a los 14 años, situación que se revierte a los 15 años.
En el caso de los estudios postobligatorios, las personas gitanas están aún muy lejos de acercarse a las tasas del total de la población: mientras éste se sitúa en el 40,9% para la población entre 30 y 34 años, el de la población gitana más joven hasta 25 años no llega al 8% . Leves avances se han registrado en algunos de los objetivos de educación, contemplados en la evaluación intermedia de la Estrategia: un incremento de la escolarización en Educación Secundaria de población gitana entre 13-15 años (del 84,2% en 2007 ha pasado al 92,3% en 2012) y en el caso de las niñas, la tasa ha aumentado 17,5 puntos porcentuales (de 71,7% en 2007 a 89,2% en 2012).
También se registró una mejora en el indicador de la proporción de población gitana entre 15 y 24 años que no estudia ni se forma (el 43,3% en edades de 15 a 19 años -39,9% hombres y 46,6% mujeres- y el 48,5% en edades entre 20-24 años -44% hombres y 52,8% mujeres-) pero sigue siendo una tasa muy elevada y superior a la correspondiente a la población total, que se sitúa en el 10,4% (11,6% hombres y 9,1% mujeres) para la juventud entre 15 y 19 años y en el 25,9% (26,7% para hombres y 24,9% para mujeres) en el intervalo 20 a 24 años, según datos de Eurostat 2012.
2.5.2. Empleo
La situación del empleo constituye uno de los factores clave en la prevención de la pobreza y la exclusión social; su importancia, de hecho, se ha visto reconocida ampliamente en el enfoque de inclusión activa. Las rentas del trabajo, cuya obtención está vinculada con el empleo estable, constituyen la principal fuente de ingresos de las familias y, por tanto, es uno de los elementos cruciales a tener en cuenta a la hora de considerar a aquellos hogares que están en riesgo de pobreza y exclusión social. España, desde la recuperación del crecimiento económico, se ha convertido en uno de los países con mayor crecimiento de empleo en comparativa europea. La recuperación económica y la creación de empleo devuelven la capacidad a las personas vulnerables de integrarse en el mercado laboral y, por lo tanto, mejorar las opciones de salir de dicha situación. Desde 2014 al tercer trimestre de 2018 se han creado más de 2 millones y medio de puestos de trabajo (EPA, INE), pasando los ocupados de
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