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Ye enia Kali Arias Navarro                                        Sueños Literarios






                                          CUPER EL ENGREIDO

                              Cierto día. En una casa de carrizos y techo de palmeras y piso
                              de tierra con unas ventanas grandes con cortinas hermosas y
                              coloridos, elaboradas con chanti de plátanos, huayruros, piñi-
                              piñi y ñawi de llama echas por las manos de mamá. Cada ves
                              que me asomaba a la ventana veía el campo con mucho verdor
                              lleno  de  pacay,  plátanos  entre  los  cafetales,  entre  los
                              matorrales, un camino al riachuelo.


                              Tiempos hermosos de mi vida yo tan pequeña y feliz rodeada
                              de la naturaleza, cierto día empecé acompañar a mi Padre por
                              donde fuera, a la pesca, caza y las cosechas del café, aquel día
                              entre  las  cosechas,  en  los  cafetales,  cazamos  cutpes,
                              zamaños,  quirquinchos,  para  criarlos  como  animales
                              domésticos siendo salvajes, al pasar el tiempo se convirtió en
                              mi pasión , cada vez se agrandaba la familia de mis animalitos ,
                              ya  era  más  de  60  entre  ellos,  yo  con  solo  10  años,  me
                              emocionaba  atenderlos  alimentarlos  con  yucas,  plátanos,
                              choclos  y  agua,  limpiar  su  jaula  grande  era  de  mi  agrado,
                              espacio  suficiente  para  ellos,  para  mí  ya  eran  como  de  la
                              familia, hasta que llegue adoptar a un bebe cutpe y le puse su
                              nombre CUPER, logramos cazarle cuando andaba desolado
                              entre  los  cafetales  siendo  bebe  yo  acostumbraba  llevarle  a
                              donde yo fuera en una canastita, como si fuera mi bebé, al
                              pasar  el  tiempo  crecía  y  crecía.  Yo  ganando  nuevas
                              experiencias, gracias a ello soy más humana, más sensible,
                              más cariñosa, más generosa, hasta que en un momento menos
                              esperado se me enfermó de una infección al estómago, ya no
                              quería comer, ni tomar, lo veía tan flaquito a CUPER, aquel
                              entonces recurrí a mi padre, con él a mi lado para enseñarme
                              como darle sus medicinas, hidratarle en biberón, día a día se
                              fue recuperando y mi alma volvió a mi ser.























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