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Ye enia Kali Arias Navarro Sueños Literarios
Mi padre hermoso viéndome crecer como una niña feliz, lleno
de ternura y amor por mis animales, todo el tiempo atendiendo
a CUPER, en un cerrar de ojos se hizo grande entristecía mis
días al no poder llevarle en su canastita porque ya no cavia,
pues ya me seguía como un perrito obediente, juguetón,
alegraba mis días con sus saltos altos y sus rugidos de caninos
y rascadas de tierra, mi compañía mi mejor regalo de PAPÁ. Mi
bello padre me contentaba cada vez que volvíamos de los
cafetales con unos pacaes tan dulces que a mí me gustaban, y
la comida de mamá eran tan deliciosas que no me negaba a
comerlas, era la engreída de casa y mi mundo era feliz, pues de
tantas alegrías, momentos juntos a CUPER, dormíamos,
bañábamos y comíamos juntos, casi todo lo hacíamos juntos.
Atendiéndolos todo el tiempo a la familia de CUPER, el
preferido y engreído de la manada para mí. En un amanecer tan
hermoso, me levante tan temprano para atenderlos como de
costumbre y al acercarme a la jaula vi de lejos la puerta con un
hueco grande mordido por ellos mismos, me quedé anonadada
y al ver ya los más pequeños de la manada no estaban , habían
fugado de su hermosa jaula, yo con llantos en los ojos y una
pena tan grande en mi corazón, pensar que ya no los volvería a
ver , me eche a gritar: ¡¡¡Padre…Padre mío…ven, ayúdame por
favor, ayúdame por favor...!!! desesperada en el momento lloré
y lloré por los que se fueron, mi hermoso padre consolándome
para calmarme, salir a preguntar a los vecinos cercanos, y
todos decían que no habían visto nada, tras andar y andar
preguntando, uno de ellos dijo: que mi vecina CLARA lo tenía a
uno de ellos, yo empecé a llorar porque había empezado la
turbulenta discusión, al no querer devolverlos con nosotros
porque decía que no había robado, que solo se metió a su casa,
en fin la discusión se acaloró entre mi padre y mi vecina Clara,
después de tantas súplicas, se conmovió viendo mis llantos
imparables y decidió hablar calmada para llegar a un acuerdo,
pues el acuerdo era que nos devolvía a CUPER, a cambio de
que le regaláramos las deliciosas guabas, que ella vio entre los
cafetales, yo contenta del acuerdo insistí a papá, que cediera la
cosecha de un poco deguabas de los cafetales, en fin, yo
contenta recuperé a uno de la manada, le puse el nombre
CUTO y decidí criarlo junto a CUPER, éramos muy felices.
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