Page 32 - Con un cafecito
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LA PEQUEÑA LLAMITA
¡Yo lo dominaré! dijo el hacha y sus
golpes cayeron pesadamente sobre el
hierro. Y con cada golpe, su filo se
fue gastando hasta que dejó de
golpear.
-¡Déjamelo a mil -dijo la sierra. Y se
movió hacia atrás y hacia adelante
sobre la superficie con sus dientes
intransigentes, hasta que éstos se
gastaron y se rompieron y ella cayó a
un lado. - ¡Ja, ja! -dijo el martillo-
¡Yo sabía que ustedes no tendrían
éxito Les mostraré cómo se hace!
Pero al primer golpe fiero, su cabeza