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Olga Gutiérrez De Urcia: “Logramos formar una
familia y eso me dio muchísimo gusto”
De espíritu trabajador, intrépido y perseverante frente a todas
las circunstancias
Buenas tardes miss Olga, es de nuestro agrado tenerla aquí presente en esta
oportunidad. Sabemos que el trabajo que usted ha realizado, fue con mucho es-
fuerzo y con amor durante el tiempo que estuvo en el colegio.
¿Que la motivó a ser fundadora del colegio?
Fue por la invitación de un colega de la universidad, el profesor Andrés López, teníamos cierto contacto, ya
que hemos estudiado juntos, en ese entonces yo estaba coludida con una colega para poner un nido. Me pare-
ció interesante la idea del profesor López, los principios que tenía y decidí unirme al
proyecto, invite a mi colega, sin embargo, no aceptó la invitación por el número de par-
ticipantes, él quería que fueran solo 2 personas. Y así fue como por la invitación del
profesor López formé parte de este grupo de promotores.
Nos parece muy interesante su historia y cómo es que las amistades de la universidad
terminan formando parte de algo tan importante en su vida. Además de esto, quisiéra-
mos saber.
¿Cuál fue la mejor o las mejores experiencias que tuvo?
Tuve muchísimos años en el colegio, desde profesora de 5to y 6to de primaria, después
en secundaria. Yo siempre recuerdo y les comento a mis colegas 2 experiencias fabulo-
sas que tuve como maestra. Una de ellas es la de hacer que el colegio Nuestra Señora
de la Asunción sea una familia, llegamos a manifestar que queríamos ser una familia de
maestros, promotores, alumnos y padres de familia, en la que podamos relacionarnos
con mucha sinceridad, apertura y respeto. Y logramos muchos años, que los chicos le
comentaran a los profesores y profesoras que no estaban de acuerdo con ciertos pun-
tos, les parecía que mejor era otra forma de mostrar ese tema, siempre con el mayor
respeto. Era interesante esa relación afectiva entre maestros y alumnos, logramos for-
mar una familia y eso me dio muchísimo gusto. Otra experiencia que tuve, fue aplicar la
disciplina con amor y con veracidad, ustedes saben que los jóvenes cometen una serie
de faltas y en ese entonces todavía existía la corrección «rígida», se les sancionaba para que salgan del colegio, se
les ponía conducta negativa, en fin. Decidimos con algunos colegas, aplicar otro tipo de corrección. Existían alumnos que
de alguna u otra manera cometieron una falta y queríamos que ellos mismos sean conscientes y se apliquen su propia
sanción. De esta manera logramos que los propios alumnos reconozcan su falta y me pedían disculpas por haber cometi-
do algún error. Eso a sido para mi, una de las experiencias más agradables, inclusive, una oportunidad se perdió un celu-
lar de una profesora, entonces, lo único que dijimos en el patio fue que era una broma de mal gusto y que el celular ten-
dría que aparecer en su sitio o en algún sitio donde sea visible. Efectivamente, apareció el celular al día siguiente, pero
todavía esperábamos que aquel bromista apareciera y manifestamos que se acercará a conversar a la dirección y que
nadie más lo iba a saber. Y a los pocos días se acercó un alumno, que era el responsable, y le dimos la sanción de tener
que conversar con sus papas, así fue, a los 15 días aparecieron los papas avergonzados, pero lo importante era que él
había reconocido su error, conversó con sus padres y finalmente ahí quedó el asunto”