Page 27 - Mi bebé y yo 334 Julio-Agosto
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PARA LA PIEL Y LA ICTERICIA
• Poner al bebé en la cuna, al lado de una ventana por la que entre la luz,
es una solución eficaz para los pequeños con problemas de la piel, como dermatitis atópica o ictericia fisiológica, que provoca una coloración amarillenta de la piel. En estos casos, la luz también es terapéutica.
• En el caso de la ictericia que se manifiesta al segundo o tercer día de nacer, y que se define como fisiológica, con valores de bilirrubina por debajo de 12 mg por decilitro en los nacidos a término, se puede colocar la cuna junto a una ventana, con la cortina cerrada, para no exponer al bebé a la luz directa.
• Asimismo, los rayos ultravioleta son beneficiosos en caso de dermatitis atópica. La vitamina D regula los péptidos antimicrobianos a nivel cutáneo, protegiendo la piel de las agresiones bacterianas, muy comunes en caso de dermatitis atópica. Si, además, la acción de la luz solar se complementa con el baño en el mar, el beneficio es doble. A la acción de la luz, se añade el poder desinfectante del agua salada, rica en oligoelementos.
PARA SUBIR EL ÁNIMO
• Un día de sol nos hace recuperar la alegría. La razón es muy concreta: la luz estimula la producción de serotonina, que se conoce como la “hormona del buen humor”. Cuanto menor es el nivel de este neurotransmisor, mayor es el estado de ansiedad, malestar general, astenia y depresión.
• Asimismo, la serotonina regula la producción de las hormonas de crecimiento, por lo que, para el desarrollo fisiológico del niño, resulta fundamental transcurrir el día en un ambiente luminoso. Por supuesto, es ideal pasar el máximo tiempo posible al aire libre, pero en estos tiempos, aunque estemos en casa, también podemos buscar la zona más luminosa y crear un punto estratégico para jugar. Basta con poner una alfombra en el suelo, unos cojines, juegos y libros, iluminados por el sol. No importa si por la noche se debe recoger todo. El esfuerzo quedará recompensado por las sonrisas y las carcajadas. ¡Probad para creer!
¡PONTE AL SOL TÚ TAMBIÉN!
• Crema, gafas de sol y una buena tumbona: la mamá también necesita luz, al menos, media hora al día, incluso en el balcón o en una habitación con la ventana abierta de par en par. Parece mentira, pero puede cambiar la calidad de todo un día.
• El 80% de las mamás sufre un tipo de melancolía después del parto,
el llamado baby blues. En otras palabras, es el vacío (el “luto”) que provoca la ausencia de la barriga, sumado al cansancio que el cuidado del bebé conlleva. Y, como sabemos, la luz estimula la producción de la hormona del buen humor, la serotonina. La pausa de relax en el balcón es ideal, sobre todo, si, debido a la situación provocada por la crisis del coronavirus, pasamos muchas hora en casa.
Mibebeyyo #27#