Page 66 - Mi bebé y yo 337 Nov-Dic_2020
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#trastornosdelembarazo
Durante el embarazo, es normal que la mamá sienta una mayor necesidad de ir al baño, debido a la acción de las hormonas,
el aumento del volumen sanguíneo y la presión que el útero ejerce sobre la vejiga.
• Sin embargo, a medida que el embarazo avanza, puede suceder que la futura mamá empiece a tener una cierta di cultad para aguantarse el pipí. Estas pérdidas de orina
se suelen presentar al realizar algún esfuerzo,
como toser, estornudar, reír o levantar peso.
• La incontinencia urinaria tiene mucho que ver
con el debilitamiento de los músculos del
suelo pélvico, que mantienen cerrada
la uretra. El suelo pélvico es
la franja muscular situada
entre el pubis y el cóccix
que sirve de sostén
y apoyo a diversos
órganos (entre ellos,
la vejiga), e interviene
en la contracción
voluntaria de los
esfínteres.
• Para prevenir
contraer y relajar sucesivamente los músculos del suelo pélvico, con el  n de reforzarlos
y recuperar la tonicidad perdida. La gran ventaja de estos ejercicios es que se pueden realizar en cualquier lugar y situación, y de forma muy discreta. Tu matrona o  sioterapeuta te puede enseñar la técnica correcta para hacerlos.
• También es útil hacer pipí con frecuencia
y evitar el consumo excesivo de líquidos si no se tiene acceso a un baño: el hecho de aguantar la orina puede llevar a una sobredistensión
de la vejiga, que, si no se puede vaciar, somete a
un esfuerzo a los músculos pélvicos.
• Asimismo, hay que mantener una buena postura corporal, para
no sobrecargar el abdomen, y una buena regularidad
intestinal, ya que el estreñimiento puede provocar daños en
el suelo pélvico.
• Por último,
es importante controlar
el aumento de peso, para evitar ejercer
una mayor presión sobre
la vejiga.
SUEÑO
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su tamaño puede impresionar
a los que comen poquito. No
es de extrañar que el típico  lete no  gure entre los alimentos preferidos de los pequeños. Cortar el  lete en trocitos pequeños antes de cocinarlo facilita las cosas, pero lo que de verdad funciona es preparar la carne “a la pizzaiola”, poniendo encima una loncha de queso, salsa de tomate y un poco de orégano. ¡Su aspecto y su sabor cambiarán totalmente! Asimismo, se puede preparar
la carne cortada en trocitos pequeños, salteados en la sartén con un trocito de jamón y una hoja de salvia (a modo de brocheta, con un palillo). Estas preparaciones saben hacer felices a los pequeños paladares.
Su sabor no es demasiado destacable, y su textura
y su color apagado tampoco lo hacen muy atractivo. e, y su textura y su color apagado tampoco lo hacen
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