Page 63 - Mib358 Enero-Febrero 2024
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de manera consciente al cuerpo, la madre aprenderá a conectar con él, a escucharlo y a confiar en sus sensaciones, experimentándolas sin miedo, lo que le permitirá mostrar a su bebé una mayor seguridad y placidez, lo cual generará un apego seguro y permanente.
• Cuando sientas estrés y ansiedad, te propongo tomarte un tiempo de atención bondadosa, de renovación y cuidado cada día. Para ello, te ayudará a adoptar una postura estable, cómoda y digna, si es posible, sentada y con los ojos cerrados.
• Presta atención a tu respiración durante unos minutos, y observa las sensaciones ascendentes y descendentes de tu abdomen. Comprueba que tus hombros están relajados, ligeramente hacia atrás, y que los brazos reposan suavemente en el regazo, procurando respirar por la nariz. Puedes hacer tres respiraciones profundas y, luego, dejar que la respiración siga el ritmo natural. Observa la respiración en todo su ciclo, desde el principio de la inspiración hasta el final de la espiración, sin intentar forzar ni regularla. Deja que tu cuerpo respire.
• La respiración es un indicador de
cómo está tu mente. Una respiración corta, acelerada y ansiosa se asocia con una mente
dispersa, llena de ruidos, mientras que
la respiración alargada está ligada a una
mente más serena y focalizada.
• Al cabo de unos cuantos ciclos, puedes dejar que la respiración pase a un segundo plano
y elegir las sensaciones de ansiedad en tu cuerpo como objeto de la atención principal. Siente cómo la ansiedad se manifiesta
en tu cuerpo, nota el ritmo de tu corazón, el ritmo respiratorio, la tensión muscular en tus hombros o un nudo en el estómago. Acércate a las sensaciones corporales con curiosidad y observa cómo van cambiando de un momento a otro. Si la mente se aleja de las sensaciones, vuelve otra vez a ellas sin intentar cambiarlas.
• De esta forma, dejarás de generar miedo
a la ansiedad. Tú atención dejará de entrar
en el pasado o en el futuro, para concentrarse en el presente.
• Si lo deseas, deja que tu cuerpo sea cuidado y mecido por la respiración hasta que, poco
a poco, vayas abriendo los ojos, sintonizando con una mayor comprensión de lo que en este momento aparezca en tu consciencia.
@
Carmen Esquilas
Responderá a las preguntas de los lectores sobre
este tema en @carmenesquilas (Tu Matrona Te Acompaña)
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