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                 #niñosyfamilias
ingresado o, si se están realizando llamadas o videollamadas,
que pueda participar en las comunicaciones.
Durante todo el proceso, iremos ofreciendo al niño espacios para que pueda preguntar y expresar todo aquello que le preocupe.
En el caso de la muerte
de un familiar, ¿cómo establecer un proceso
de duelo en circunstancias que son tan excepcionales?
La pérdida de un ser querido,
ya sea anunciada o inesperada,
nos confronta a todos con la tristeza y pone en marcha un proceso de aceptación de lo ocurrido que se conoce como duelo. Para los adultos, poder participar de los rituales de despedida es una parte esencial para facilitar el inicio y la elaboración del
duelo. En el caso de los niños, ocurre exactamente lo mismo. Por ello, deberemos buscar alternativas
al entierro tradicional, celebrando rituales de despedida en casa, utilizando, por ejemplo, velas, fotos, leyendo un escrito, un poema, etc. Incluso, se puede valorar la posibilidad de que otras personas que no estén en casa sigan la ceremonia en directo por teléfono o videoconferencia.
Algunas pautas generales para abordar la muerte de un ser querido con los niños son las siguientes:
• La comunicación deben hacerla los padres. Si esto no fuera posible, porque les ha ocurrido algo a los progenitores o no pudiesen estar por el motivo que fuese, debe encargarse el adulto con mayor vinculación afectiva con el niño.
• Se debe buscar un lugar tranquilo,
conocido, acogedor y seguro
para el niño y sentarse a su lado,
de modo que los adultos que van a hablar con él se sitúen a su misma altura y le pueden abrazar.
• El lenguaje debe adecuarse a la edad del niño. El tono de voz debe ser suave, cariñoso, dulce y calmado. La actitud debe ser cercana
y respetuosa.
• Los adultos deben dar espacio para que el niño pueda hacer todas las preguntas que necesite y tiempo para que pueda expresar todo lo
que siente. En este sentido, es
muy importante que nosotros
nos permitamos llorar y expresar emocionalmente lo que sentimos, para que ellos también se lo permitan. Por ejemplo, si nos ve
a nosotros llorar, de alguna forma
se permitirá él también llorar.
Si los niños muestran mucha preocupación, porque la causa
de la muerte ha sido el Covid-19, les podemos explicar que muchas otras personas con la misma enfermedad se curan, para evitar que sufran más si algún conocido o familiar se infecta. Sin embargo, todas estas pautas
se deben adaptar a la etapa evolutiva de los niños.
• Antes de los seis años, es probable que no tengan ningún concepto de la muerte. Por eso,
es importante explicar la muerte poniendo énfasis en eliminar cualquier idea falsa sobre que quien ha muerto va a volver.
• Entre los seis y los nueve años, entienden ya que la muerte es permanente, pero no comprenden las consecuencias que el deceso supone para su propia vida. Los adultos deben intentar contestar
a todas estas preguntas de manera clara y procurando transmitir calma. • Los preadolescentes y los adolescentes entienden racionalmente la muerte de forma
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