Page 12 - Mi bebé y yo 339 - Marzo 2021
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#unaformarespetuosadeeducar
DIFERENCIAS
CON LA CRIANZA
TRADICIONAL
• Estamos habituados a movernos en estilos de crianza muy permisivos o muy autoritarios.
La crianza consciente busca el equilibrio, apuesta por un vínculo basado en el respeto, el amor,
la amabilidad y la rmeza.
Es más bien una losofía de vida,
un acompañamiento, en el cual los padres somos capaces de validar, empatizar y respetar las emociones de nuestros hijos. En una crianza tradicional, los niños están sometidos a lo que los padres decidimos que deben hacer; el adulto tiene el poder, y decide qué está bien y qué no.
• En un estilo de crianza consciente, el adulto y sus necesidades no son el centro (como sí lo es en la crianza tradicional), sino que intentamos atender a las necesidades de ambas partes. Asimismo, liberamos
a los niños de obedecernos incondicionalmente a todo lo que les decimos y buscamos encontrar un equilibrio. Intentamos involucrarnos e involucrarlos, para que se trate
de una cooperación, no de órdenes, y que los niños entiendan el porqué de las situaciones.
• Otra de las diferencias
que encontramos es nuestra actitud como adultos ante lo
que consideramos “un mal comportamiento”. Ante esta situación, no corregiremos al niño automáticamente para que acate nuestra orden, sino que primero intentaremos conectar, buscar
el porqué de ese comportamiento, empatizar, validar lo que siente,
y, después, encontrar una solución entre ambas partes, y que, sobre todo, sirva a ambas partes, o, al menos, buscar opciones para ello.
La consciencia en este estilo de crianza
también pasa por un trabajo personal
de nosotros mismos como padres, ya que
existe una gran conexión entre la actitud y el
comportamiento de nuestros hijos con el nuestro, y, a
su vez, con el que tuvieron en el pasado nuestros padres
con nosotros. En ocasiones, nos es difícil comprender el
comportamiento de nuestros hijos, no logramos conectar
con ellos, lo que deriva en peleas y malentendidos. Es ahí cuando
la consciencia también pasa por comprender la relación entre ese
malestar y las posibles heridas, aún sin sanar, de nuestra propia infancia.
De esta manera, estaremos rompiendo el eslabón de una larga cadena de patrones que se vienen repitiendo a lo largo de nuestra historia. Criar a nuestros hijos de forma consciente hará que ellos tengan esas mismas herramientas
y habilidades para interactuar con la sociedad, y acompañar el día de mañana el crecimiento de sus propios hijos.
#12# Mibebeyyo
¿CÓMO PONERLO EN PRÁCTICA?
Veamos algunos ejemplos claros de cómo se actuaría con la crianza tradicional y la crianza consciente para entender mejor la diferencia. Son situaciones muy comunes a las que nos enfrentamos en el día a día con nuestros hijos.
• Imaginemos que llega la hora
de la comida y a nuestro hijo
no le gusta lo que hay en el plato. Ante una crianza tradicional, podemos actuar de una forma más permisiva: “Si no te gusta, no lo comas, y te doy otra cosa”. O más autoritaria: “¡Tienes que comerlo,
porque es lo que yo te he puesto para comer!”. Incluso se les amenaza: “Si no comes esto, luego no podrás mirar la tele!”. Con una crianza consciente, primero intentaremos conectar
y buscar la solución: “¿No te gusta la comida? Entiendo que pre eras comer otra cosa, pero he pensado que comer esto te haría bien, y lo he preparado para ti con mucha dedicación. ¿Crees que puedes comer al menos la mitad? ¿Te parece bien si después elegimos entre los dos la comida para
La importancia
de conectar con nuestro niño interior y sanar las heridas