Page 15 - NewsMatrona Nº 24 - Enero 2022
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SALUD
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NEWS
inmunitaria para los eventos del nuevo mundo exterior.
Si el parto se realiza por cesárea, esta colonización será distinta, ya que la piel de la mamá tiene una microbio- ta diferente de la que hay en la vagi- na. Numerosos estudios revelan que la predisposición a sufrir determinadas alteraciones de la salud, tanto meta- bólicas (obesidad, síndrome metabó- lico, diabetes tipo 2) como inmunita- rias y autoinmunitarias (rinitis, alergias, asma, enfermedad celíaca y diabe- tes tipo 1, entre otras), es mayor en los bebés nacidos por cesárea. Hay que remarcar que predisposición y susceptibilidad no signi ca que vaya a ocurrir, pero sí que existe una correlación. • La Dra. Domínguez Bello propuso el conocido “protocolo de la gasa”, que consiste en que, una hora antes de practicar la cesárea, se introduce una gasa estéril en la vagina de la mamá. En el momento de la cesárea, se retira la gasa y se guarda en un lugar estéril y, cuando sacan al bebé, se le impregna con la gasa llena de microbiota vaginal de la mamá, en la boca, la cara y en todo el cuerpo. Los primeros resultados de este protocolo salieron a la luz en 2016 y mostraron que los bebés a los que se les aplicaba este protocolo presentaban un patrón microbiano muy parecido a los bebés nacidos por parto vaginal. A día de hoy, son muchos los centros de salud que lo aplican, a la espera de que pueda establecerse como una práctica normalizada en todos los cen- tros sanitarios.
LA INFLUENCIA DE LA LACTANCIA MATERNA
• No existe otro elixir igual que la leche materna. Además de proteínas y grasas imprescindibles para el bebé, la leche materna contiene microbios beneficiosos y prebióti- cos para alimentar a estos microbios, lo que conocemos como los oligo- sacáridos de la leche humana. La leche materna constituye, por tanto, un simbiótico (probióticos + prebióticos), que seguirá madurando la inmunidad del bebé.
La leche materna contiene microbios bene ciosos y prebióticos para alimentar a estos microbios, conocidos como oligosacáridos.
La gran pregunta es: ¿de dónde vie- nen esos microbios? Desde los años 70, se sugirió una hipótesis de que los microorganismos provenían de una contaminación de la piel de la mamá con la saliva del bebé. Hoy en día, sabemos que esta idea no es falsa, pero se le añaden otros focos de origen; uno de ellos es el que conocemos como “trá co bacteriano”. Parece ser que, desde el último tri- mestre de embarazo y durante toda la lactancia, existe un transporte de bacterias desde el intestino de la mamá hacia la glándula mamaria, vía sistema linfático. Así pues, coge una vital importancia la salud intesti- nal de la mamá durante este período para la buena programación inicial de la microbiota del bebé.
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA,
UNA ETAPA IMPORTANTE
• La alimentación complementa- ria constituye uno de los momentos más importantes para el aumento de la diversidad microbiana. De hecho, sabemos que a mayor diversidad de microorganismos más riqueza inmu- nitaria tenemos. Una de las grandes
preguntas es: ¿cuándo empezar a dar alimentación complementaria al bebé? La respuesta es muy sencilla: cuando el bebé esté preparado. Y eso no siem- pre ocurre al mismo tiempo en todos los bebés. Aproximadamente, esto sucede a los seis meses, pero habrá bebés que iniciarán la alimentación comple- mentaria antes y otros, más tarde. Lo importante es respetar a cada bebé. Hay varias señales que indican que el bebé está preparado para comer alimentos distintos a la leche, como que tenga un buen control del cuello y del tronco, que haya desaparecido el re ejo de extrusión y, muy importan- te, que presente interés por la comida. • Si estudiamos la siología, podremos comprender cómo la mayor parte de la inmunidad reside en el aparato digestivo y la gran metrópolis micro- biana, también. Por tanto, parece tener bastante sentido que lo que ofrez- camos al bebé sean alimentos con bajo potencial inflamatorio y con un mayor impacto positivo en la micro- biota intestinal. Entonces, es coherente introducir las verduras, los tubércu- los y las frutas (de temporada) como primeros alimentos, y obviar el con- junto de alimentos con mayor impac- to inflamatorio, como son cereales, lácteos que no sean la leche materna, legumbres y frutos secos. Por supuesto, no se aconseja ofrecer al bebé nin- guno de los procesados que la indus- tria quiere camu ar como “súper ali- mentos para súper bebés”. Eso sí, se recomienda introducir un alimento durante tres días seguidos para que haya un buen proceso de tolerancia inmunitaria.
CONSECUENCIAS
DE UNA MICROBIOTA ALTERADA
• En el campo de la investigación, a día de hoy, cualquier enfermedad está relacionada con una alteración de la microbiota. Trastornos como la obe- sidad, el síndrome metabólico, eventos cardiovasculares, cáncer, alergias, asma, dermatitis, patologías autoinmunitarias,
alteraciones digestivas, patologías del hueso, trastornos hormonales, proble- mas de concentración, alteraciones del sueño, depresión, ansiedad y un gran etcétera, ya están documentados con una relación directa con la microbiota intestinal.
• No es casualidad que cada vez haya más niñas y niños que presen- ten patologías “más adultas”. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2013, había 42 millones de lactantes y niños de 0 a 5 años con sobrepeso u obesidad, con una estimación a 2025 de 70 millones. Quizás, si tuviéramos esta información sobre el impacto de la programación de la salud y la microbiota, y concienciáramos a la población de su impacto mejorando los recursos en la población, disminui- ríamos la enfermedad en una sociedad que tiende a ello.
CONSEJOS PARA REPROGRAMAR NUESTRA MICROBIOTA
• La microbiota se puede reprogramar, con el fin de crear un equilibrio sufi- ciente para disminuir la susceptibilidad a ciertas enfermedades. Cuanto antes lo hagamos y, sobre todo, si utilizamos la ventana de oportunidad de esos 1.000 primeros días de vida, el impacto en la reprogramación será mayor.
• Recuperar la salud pasará por tomar las riendas de nuestras vidas a nivel de hábitos de vida. No es casualidad que tips importantes, como una alimenta- ción acorde a nuestro sistema inmuni- tario, regular el sueño y el descanso, la exposición a la luz solar, el ejercicio físico, el contacto con la naturaleza y, sobre todo, el cuidado de nuestra tole- rancia al estrés, son la base de una bue- na salud. De nada sirve querer reem- plazar todo ello con un probiótico, un alimento “x” o una pastilla mágica. En cada caso, habrá un contexto especí co que implicará la capacidad de generar un mínimo cambio o varios mínimos cambios. El acto de tomar una decisión para cambiar una situación compleja ya será un éxito.
La alimentación complementaria es muy importante para el aumento de la diversidad microbiana.