Page 12 - MIB 353 MARZO-ABRIL 2023
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                  RECTIFICAR
¿Debemos pedir perdón a nuestros hijos si nos hemos equivocado?
Pedir perdón es la mayor muestra de fortaleza que podemos tener, porque estamos enseñando a nuestros hijos que no
es malo reconocer los errores, que no es malo equivocarse. Y ese es un signo característico de personas que tienen buena autoestima. Al rectificar también les enseñamos que los niños no tienen que ser perfectos para ser queridos, para ser aceptados en la familia, y que todos tenemos derecho
a equivocarnos. Además, el perdón no solo les enseña
una manera de comportarse, sino que también tiene un componente muy importante de reparación. En el momento en el que pedimos perdón y reconocemos que nos hemos equivocado, estamos reparando esa pequeña herida
y reconectando el vínculo con nuestros hijos.
  CELOSO
¿Cómo podemos ayudar a los niños a manejar los celos cuando nace un hermanito?
Los celos no se pueden evitar; más tarde o más temprano van a aparecer. Hay niños que reciben a
su hermanito con toda la ilusión y pasan un primer año de luna de miel, y, de repente, el pequeño, con añito y medio o dos años, empieza a tener desparpajo, a utilizar la palabra, y se convierte en el centro de atención; y ahí es cuando el hermano mayor, que igual ya tiene cuatro años, empieza a sentir celos.
Hay que estar preparados para el momento en el que surjan los celos. Lo mejor que podemos hacer es comprender al niño, no culpabilizarle, porque el gran miedo de un hermano mayor siempre es ser retirado, apartado por el hermano pequeño.
Si nosotros le decimos “es que eres un celoso, siempre estás enfadado”, el niño mayor se va a empezar a sentir relegado. En lugar de relegar, vamos a intentar hacer lo que necesita, que es incluirlo. Y decirle “oye, veo que estás muy celoso de tu hermano, ¿qué te parece si ahora que tenemos un ratito nos vamos tú y yo solos a merendar un helado?”, por ejemplo. En ese momento, el niño se va a dar cuenta de que sus papás están viendo su necesidad, le están dando lo que necesita, por lo que va a ser mucho más fácil que supere los celos.
FRUSTRACIÓN
Alrededor de los dos años, las rabietas hacen acto de presencia. ¿Cómo podemos ayudar
a los niños a canalizar esta frustración?
Una cosa importante que tenemos que entender es que las rabietas forman parte del proceso normal de evolución. Lo que sucede es que las rabietas son un poco incómodas y despiertan sensación de frustración en los padres.
Yo siempre explico a los padres que dos
de sus trabajos más importantes son decir “no” y responder empáticamente cuando sus hijos están contentos, tristes, frustrados, etc. Si tú le dices a tu hijo que no (por ejemplo, que no puede beber de la botella de lejía o que no puede meter los dedos en el enchufe), estás haciendo tu primer trabajo; y si tu bebé se enfada y le dices “ya sé que te apetecía mucho beber de la botella, pero eso no lo puedes hacer”, estás haciendo tu segundo trabajo, que es ser empático. Aquí se acaba nuestro trabajo y pasamos al trabajo del niño, que es experimentar las emociones. En este caso, el pequeño experimentará la frustración, que es la emoción normal cuando no podemos hacer algo que nos apetece, pero esa experiencia de sentirnos frustrados nos ayuda a ir dominando esa emoción. Como padres, podemos quedarnos a su lado, seguir siendo empáticos, darle tiempo para que vaya procesando esa emoción, con paciencia y sin perder los nervios.
 #12# Mibebeyyo















































































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