Page 30 - MIB 348 MAYO-JUNIO 2022
P. 30
#elpediatra
• Fiebre, que no suele ser elevada.
• Náuseas y vómitos.
• Deposiciones blanquecinas (acolia).
• Dolor abdominal (en zona superior derecha).
• Coloración amarillenta en piel y mucosas (ictericia). Suele apreciarse más claramente en la zona blanca de los ojos.
• Sensación de picor (prurito) corporal.
Tras un período de incubación asintomático, cuya duración dependerá del agente causal, se distinguen tres fases en la enfermedad:
El diagnóstico se con rma con la determinación en sangre
de las enzimas hepáticas, las transaminasas, que, en caso de hepatitis, suelen estar muy elevadas. Este incremento es brusco, incluso anterior a las manifestaciones clínicas, con un descenso progresivo posterior.
También existen otras alteraciones sanguíneas, aunque son más aparentes en función de cuál sea el origen de la hepatitis.
En el diagnóstico diferencial de una hepatitis aguda, y en ausencia de una causa vírica conocida, deben tenerse en cuenta, especialmente, la hepatitis tóxica y la hepatitis autoinmune.
1. Período inicial (preictérico). Puede manifestarse un cuadro infeccioso general,
de carácter inespecí co y de duración variable, ( ebre, astenia, dolores musculares y de cabeza, exantema parecido al del sarampión, etc.),
con síntomas digestivos diversos (inapetencia, náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea, dolor abdominal, con aumento doloroso del tamaño del hígado). Puede comenzar la coluria.
2. Período de estado (ictérico). La aparición de ictericia (a veces, muy leve y casi imperceptible), coincide con la disminución progresiva de los síntomas previos, salvo la inapetencia. La persistencia o empeoramiento de los síntomas previos debe considerarse como un signo de mal pronóstico. En este período, se incrementa la coluria y puede aparecer acolia, dolores articulares y otros.
3. Período de convalecencia (postictérico). Tiene una duración de 2-4 semanas, con la desaparición progresiva de todos los síntomas.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
En el caso de las hepatitis víricas, no existe un tratamiento que actúe directamente sobre el agente causante.
• No es necesario realizar reposo absoluto ni prolongado, salvo en casos de astenia acusada.
• Tampoco es preciso hacer una dieta especial, si bien, en la fase de ictericia,
pueden limitarse las grasas.
• El niño puede recuperar su actividad habitual en el transcurso de varias semanas.
• El uso de medicación analgésica o antiemética (para los vómitos) deberá ser valorado en cada caso, pero deben evitarse en lo posible aquellos fármacos que sean nocivos para el hígado o que estén metabolizados
por este órgano.
• Tampoco suele ser necesario hospitalizar al niño, salvo para vigilancia en caso de lactantes pequeños o ante la sospecha
de evolución hacia una hepatitis fulminante.
• En la hepatitis aguda por el virus de la hepatitis C (VHC), que no remite, puede estar indicado un tratamiento con interferón.
¿Cómo se establece el diagnóstico?
#30# Mibebeyyo