Page 12 - Mi bebé y yo 335 Septiembre 2020
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CURVAS Y PERCENTILES PARA VALORAR
SU DESARROLLO
Las curvas de crecimiento son gráficos que
no proporcionan valores únicos, sino una franja de valores, edad por edad.
• Existen curvas de crecimiento que representan la evolución de la estatura, del peso, del índice de masa corporal, del perímetro craneal
y de otros parámetros útiles para valorar el desarrollo de un niño. Las curvas de los niños son ligeramente distintas a las de las niñas.
• La franja de valores correspondiente a cada edad indica la frecuencia de esos valores determinados, recogidos a través de estadísticas sobre la población pediátrica. El valor central
de la franja es la media: representa el peso o la altura más común entre los niños de esa edad. Alejándose de la media, en un sentido o en otro, se encuentran los valores menos frecuentes.
• Los percentiles son números que indican la distancia de la media de un valor determinado, en un sentido o en otro. Un niño cuya estatura esté situada en el percentil 70 es más alto
que la media para su edad; si se encuentra
en el percentil 50, está exactamente dentro
de la normalidad, respecto a la población de
los niños de su edad; mientras que, si está en
el percentil 30, es más bajo que la media. Se consideran dentro de la normalidad los niños cuyos parámetros están comprendidos entre los percentiles 15 y 85 de las curvas. Sin embargo, estos límites no son rígidos, y es el pediatra quien debe valorar cada caso, según las condiciones generales de salud del pequeño.
• En cuanto al peso del niño, es importante
que se sitúe dentro de los parámetros de
la normalidad, sin subir ni bajar demasiado. Estudios recientes han demostrado que el sobrepeso en los primeros años de vida puede favorecer la aparición de futuros trastornos metabólicos, como obesidad, diabetes
e hipertensión.
CUÁNDO HAY QUE PESARLE Y MEDIRLE
Durante las primeras semanas de vida, los recién nacidos ganan entre 10 y 30 gramos al día, una diferencia difícil de apreciar con básculas que no sean muy precisas.
• Pesar al bebé cada día es inútil. Para obtener valores fiables, sería necesario pesarle cada
día a la misma hora y en idénticas condiciones. Pero, incluso así, hay que pensar que su ritmo de crecimiento no es constante día tras día. En los primeros meses, es suficiente con pesar al niño cada semana. No obstante, si los padres quieren pesarle todos los días, es preferible calcular una media semanal y basarse en ella para seguir sus progresos. • Para valorar el desarrollo sensorial y motor,
así como el bienestar general del niño, el pediatra sigue un calendario de visitas de control. En general, la primera se efectúa a los siete días de vida, y se repite a las dos semanas y al mes. A partir del segundo mes, los controles se realizan cada dos o tres meses hasta el año. Los siguientes controles se llevan a cabo a los 15 meses, a los 18 meses, a los dos años y a los dos años y medio. A partir de los tres años, es suficiente con realizar el examen una vez al año. Si se respeta esta frecuencia, el pediatra puede controlar el desarrollo del niño y advertir cualquier posible problema.
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