Page 14 - Mi bebé y yo 355, Julio-Agosto 2023
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                      #guíaparaquelospequesduermanmejor
  “No le dejes dormir durante el día
para que descanse mejor por la noche”
Este es un mito muy extendido que habría que desterrar.
Si no le dejamos dormir de día, pensando que así dormirá mejor
de noche, lo que conseguiremos es que el bebé esté sobrecansado, extenuado, y le cueste más conciliar el sueño.
Esto tiene que ver con una razón fisiológica. Cuando nuestro cuerpo necesita descansar, pero se presenta cualquier actividad estimulante que se lo impide, segrega un extra de energía en forma de cortisol,
la hormona del estrés. El problema es que, aunque haya un aumento de actividad, el cansancio permanece, por lo que los niños acaban estando irritables y sin ser capaces de dormir.
Por esta razón, es de vital importancia que, durante el día, los peques descansen lo necesario para su edad, para no llegar a la noche
con un exceso de cortisol.
  Durante el día, ¿es mejor que los niños duerman en penumbra?
• Los bebés nacen sin ritmo circadiano establecido, es decir, no distinguen entre el día y la noche. Por ello, hasta los cuatro meses, no importa si duermen con luz o en la oscuridad.
• Sin embargo, a partir de los cuatro meses, cuando el sueño empieza a consolidarse o madurar, es importante que las siestas sí sean en oscuridad absoluta. Primero, porque así descansamos mejor y, segundo, porque la melatonina, que es la hormona que nos ayuda a conciliar el sueño, se segrega en ambientes de penumbra.
¿Nos podrías dar un ejemplo
de ritual de buenas noches?
Lo importante de los rituales es que siempre se hagan de la misma manera. A partir de aquí, tenemos toda la libertad del mundo para elegir qué ritual encaja mejor con nuestra familia. Un ritual “tipo” de buenas noches podría ser el siguiente:
• Hacer cena-baño del bebé o baño-cena. El orden no afecta. Solo se recomienda no poner el baño
al final si esto altera o estimula mucho al peque.
• Realizar una actividad relajante en familia (sin pantallas). Por ejemplo, leer un cuento, hacer unas posturas de yoga para niños, hablar de cómo nos ha ido el día, hacer figuritas con dedos en una pared, etc.
Pueden ser 15-20 minutos de conexión en familia, y debe ser un momento tranquilo y sin prisas.
• Después, les acompañamos a la cama,
nos despedimos y ¡a descansar!
Esta es una forma bonita de despedir el día. Porque cómo despedimos el día y nos vamos a dormir influirá en cómo nos despertaremos al día siguiente.
Y si nuestros hijos no pueden dormir por culpa del miedo, ¿cómo les podemos ayudar?
• Los miedos son normales en el desarrollo. Forman parte de nuestras vidas y, por ello, hay que abrazarlos
y cuidarlos, darles su lugar y entenderlos. Los miedos suelen hacer acto de presencia a partir de los dos años, porque es cuando los peques adquieren la capacidad de imaginar.
• Para acompañar a nuestros hijos en estos momentos, lo primero que hay que hacer es validar el miedo como una emoción más, sin juzgarla. Por tanto, se deben evitar frases del tipo, “no pasa nada”, “no tiene importancia”, ya que, con estos comentarios, lo único que vamos a conseguir es que nuestros peques
dejen de hablarnos de estos temas. Siempre es mejor describir esta emoción: “Veo que esto te tiene muy asustado”; “si yo fuese tú, también tendría mucho miedo”; “cuando yo tenía tu edad, también me daban mucho miedo estas cosas”.
#14# Mibebeyyo






































































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