Page 54 - Mi bebé y yo 355, Julio-Agosto 2023
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Enfermedades específicas de la piel
en el embarazo
Existe un grupo de dermatosis específicas del embarazo,
de rara presentación, asociadas con prurito intenso. Este prurito no debe ser descuidado, y exige una cuidadosa valoración
por parte de la matrona y el obstetra. Se trata de un grupo heterogéneo de enfermedades pruriginosas que incluyen
el pénfigo gestacional (herpes gestationis), la erupción polimórfica del embarazo, el prurigo del embarazo, la foliculitis del embarazo y la colestasis intrahepática del embarazo.
Sus características clínicas, el momento de inicio, la morfología y la localización de las lesiones de la piel son datos cruciales para el diagnóstico diferencial.
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ALTERACIONES ESTÉTICAS
Los cambios hormonales propios del embarazo pueden provocar imperfecciones en la piel. Se trata de alteraciones benignas, aunque no van a desaparecer al finalizar
la gestación, por lo que su repercusión
es, principalmente, de carácter estético. Dentro de este grupo, encontramos:
MELASMA. Es una hiperpigmentación en forma de máculas (manchas) irregulares, simétricas, con contornos bien delimitados, que aparece en la frente, las mejillas, el labio superior y el mentón, con una distribución que recuerda la silueta de una cruz de Malta. Aparece entre el 13% y el 75% de las mujeres embarazadas, sobre todo aquellas que tienen la piel oscura, y se considera que puede existir una predisposición familiar. En cualquier
caso, la acción de los rayos ultravioleta
es indispensable para que el melasma
se manifieste. Una vez que el cuadro clínico
se ha instaurado, su eliminación es difícil.
El pronóstico depende en gran parte del nivel de la piel en el que se encuentra el pigmento. ESTRÍAS. Suelen aparecer, sobre todo, a partir del sexto mes y afectan al 77-90% de las
mujeres embarazadas. Son líneas de piel atrófica, que se producen como resultado de una ruptura de la dermis bajo una epidermis intacta. Al inicio, se aprecian trayectos lineales y zigzagueantes de menos de un centímetro de ancho y varios centímetros de largo,
piel eritematosa y ligeramente sobreelevada. En poco tiempo, se deprimen y adquieren un color rojo-violáceo y, con los años, se ven de un blanco nacarado. Van a aparecer de forma simétrica, primero, alrededor del ombligo, el resto del abdomen, las caderas y los muslos, y, posteriormente, en las mamas y las axilas. Se baraja como causa fundamental la distensión de la piel acompañada de cambios hormonales, pero, además, existe cierta predisposición genética.
VARICES. La influencia hormonal y el
aumento de la presión venosa van a favorecer la aparición de varices en las piernas, que se acompañan de sensación de pesadez y dolores punzantes en las pantorrillas. La mayoría
de las varices desaparecerán tras el parto, aunque, en algunos casos, puede originarse una insuficiencia venosa crónica. ACROCORDONES. Durante la segunda mitad de la gestación, aparecen en gran número unos fibromas blandos del mismo color de la piel
de la embarazada, a menudo, pedunculados y con pliegues en su superficie, que se localizan, principalmente, en cuello, axilas y pliegues submamarios. Generalmente son pequeños, pero pueden alcanzar hasta 5 mm de tamaño. Algunos desaparecen después del puerperio.
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