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PRÓLOGO
No siempre los deberes que se
cumplen espontáneamente son
ni los más gratos ni los más im
portantes. A veces es necesario
que nos empujen las circunstan
cias para hacer cosas que de otro
modo no haríamos, y con las qzte,
sin embargo, satisfacemosun le
jano y hondo deseo de nuestra
conciencia. Asi me ha sucedido
a mi con estas reflexiones sobre
la preparación del médico, sobre
su vocación y sobre su conducta
en la s ocie dad. Cuando ya eran
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