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Prólogo *1
líos rincones de la conciencia que
sólo nos ‘pertenece en absoluto
hasta tanto que alguien solicita
que se lo abramos. Cualquiera
que sea la calidad de su con­
tenido, desde este instante se
en bien de la comu­
convierte en
nidad.
La otra razón es que de haber
desarrollado e s p ont áne amente
estos temas lo hubiera hecho con
mayor preparación que la que
me ha impuesto el tiempo trans­
currido entre el encargo y la pro­
fesión de las lecciones. Tal vez
no me hubiera parecido nunca
bastante esa preparación. Y aho­
ra, sin embargo, comprendo que
loque puedan tener de intere san­
ies mis palabras se debe, preci-
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