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la raíz a ti.”

Así, debes saber que eres parte de Israel, seas judío o no lo
seas, seas israelita o no lo seas, porque somos israelitas por la

sangre de Cristo, y recuerda que Jesús era judío. Por ello
aquellos que se convierten a Jesús de Nazaret, nace un amor

profundo hacia el pueblo de Israel, el que odia a los judíos y a
Israel no ha conocido a Jesús el salvador. Aquellos que en el
pasado persiguieron a los judíos por ser judíos, nunca

conocieron al Salvador, porque cuando conoce a Jesús y lo
recibe como su salvador tiene que amar al pueblo de donde

vino Jesús, Él era judío.
Tampoco debemos olvidar que la iglesia primitiva eran todos
judíos, y Jesús dijo que la salvación venía por medio de los

judíos, Juan 4:22, por lo tanto, si la salvación es por medio de
ellos, ¿Cómo odiaremos a quien Dios utilizó para la salvación

del mundo? Aun cuando ellos a día de hoy a nivel de nación
no han reconocido a Jesús como el Mesías de Israel.

Tal vez esto pueda provocar hasta risa en algunos, el decir que

los gitanos somos Hebreos, ya que muchos consideran que
somos indignos de pertenecer a ningún linaje, o nación. Pero
como dijo el apóstol Pablo:

“por la gracia de Dios SOY lo que SOY”

Y los que pertenecemos a la Iglesia de Cristo igualmente es por

gracia, y la salvación es por gracia. Así que, israelita o no
israelita, judío o no judío, ¿De qué podremos vanagloriarnos?
Pero ciertamente el pueblo gitano ha sido y es en la actualidad

el más despreciado de la tierra. En 1997 se hizo una encuesta
escolar a 6000 alumnos, que fue publicada en el periódico el

Mundo el 3 de febrero del 1998, en ella el 27% expulsaría a los
gitanos de España, por encima de marroquíes y judíos.

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