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gitanos en 1499, aunque estos se resistieron y huyeron a las

montañas, y conllevó a que muchos fueron condenados a las
galeras, parte de esa pragmática dice así:

“so pena de que si en ellos fueren hallados o tomados sin

oficios o sin señores juntos, pasados los dichos días, que den a

cada uno cien azotes por la primera vez, y los destierren
perpetuamente de estos reinos; y por la segunda vez, que les

corten las orejas, y estén sesenta días en las cadenas, y los

tornen a desterrar, como dicho es, y por la tercera vez, que

sean cautivos de los que los tomasen por toda la vida".

LA LLAMA QUE ARDÍA

Desde que me convertí al Señor, había una llama de

fuego dentro de mí, y al igual que en mí, también en otros

gitanos cristianos evangélico. Este mismo sentimiento, también

lo tienen todos aquellos que han entregado su vida a Jesús el

Mesías, pues él era Judío, y no es posible amar a Jesús y odiar
al pueblo donde Jesús tiene su origen. Por ello todo creyente

tiene un amor especial por la Tierra de Israel y su gente.

Nosotros tenemos que amar a todos, y tratar de hacerles bien,

y cuando digo a todos me refiero también a los palestinos.

La llama de amor a Israel se encendió desde el momento

que me convertí a Jesús el Mesías, compraba mucha literatura,
y me gustaba comprar libros con fotos de Israel. Mi despacho

está lleno de más de 2000 libros, más aparte los que me tuve

que llevar al local de la Iglesia, porque no me caben, no todos

tienen fotos de Israel, pero sí muchos de ellos.

Al leer la Biblia, me di cuenta que las leyes gitanas

estaban ahí, y comenzó arder una llama de fuego de amor

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