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Palabras Confinadas

desprendía un aire a viejo, no me sorprende que ella

haya podido acceder–.
– La dirección de origen de esta nave es… ¡No puede
ser!, ¡debe estar mal!– reaccionó apresuradamente

SOPP.
– ¿Qué sucede?, ¿todo está bien? – Pregunté

asustado.

Tal parece que las coordenadas provenían de la
Tierra, pero no era cualquier Tierra, era la original, la

primera de todos los hogares de los humanos. Había
escuchado sobre lo que había pasado con la Tierra
original, cosas sobre desastres naturales, todo

ocasionado por una plaga, – No fue así– dijo ella con
una voz sombría.

Me explicó que los desastres naturales fueron

ocasionados por el ser humano, por sus ansias de
poder, por su incapacidad de saciarse con lo que ya

posee, siempre el humano va querer más. Sentí un
déjà vu, algo como un escalofrío por mi espalda,
aquel hombre, el que se quejaba en aquel audio,

mencionó a los humanos como plaga, – ¿no será
que fuimos nosotros los que acabamos con la

Tierra?, ¿nosotros fuimos aquella plaga?, ¿es
correcto siquiera continuar con esto? somos la

peste–.
– Muy probablemente, pero ¿no crees que vale la

pena?, digo, solo digo, es solo un planeta, ¿no crees
que es más importante la supervivencia de tu raza,
la supervivencia de aquellos que me crearon?, ¿no

crees que sacrificar un planeta cada par de años es
justificable para asegurar el correcto flujo de la vida

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