Page 140 - MANUAL NO SÉ SI ME EXPLICO
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trata justamente de abrirse un hueco en el mercado, tendrás que hacer un
                  esfuerzo doble. La idea es que tu nombre sea lo suficientemente sonoro como

                  para que los clientes o inversores lo recuerden, al igual que se queden con tu
                  imagen. Esto va fundamentalmente de eso: imagen.


                      3.  En qué consiste tu idea:



                         Hechas las presentaciones, el siguiente paso es explicar brevemente
                  tu idea de negocio. Ojo, aquí es cuando muchos sucumben: o se extienden

                  demasiado o no son lo suficientemente precisos como para generar interés
                  en la otra persona. Las dos cosas van de la mano. De hecho, si te fijas, este

                  paso no es más que una ampliación de la presentación (punto 1). Por tanto,
                  sé breve, conciso y dale un matiz especial a las palabras que consideres que

                  deben quedarse grabadas en la memoria del otro. Y, claro, date prisa: ¡el
                  ascensor sigue subiendo!


                      4.  Qué te hace diferente a los demás:


                         De  los 2 minutos de los que dispones, ya han trascurrido 1,20. Sin

                  embargo,  en  este  paso  te  enfrentas  a  otro  elemento  fundamental  de  la
                  presentación de tu idea de negocio: qué te hace diferente. Es decir, por qué

                  quienes  te  escuchan  deben  invertir  en  tu  proyecto  y  no  en  otros,  que
                  seguramente los habrá a montón. Te juegas mucho en este momento, pero

                  si lo tienes claro y eres eficaz a la hora de transmitirlo, habrás conseguido un
                  90% de tu objetivo.


                      5.  Qué es lo que estas ofreciendo:



                         Habiendo  ganado  todo  ese  terreno,  el  último  paso  consistirá  en
                  confirmar que la persona que tienes delante sí está interesada en tu idea.
                  ¿Cómo conseguirlo? Sencillo: dirigiéndote a ella como inversor, financiador,

                  cliente o interesado, es decir, apelando a los beneficios directos e indirectos

                  que podría obtener si se suma a tu proyecto. En este punto, el discurso tiene
                  que ser personalizado, antes que genérico, pues lo que buscas es un «sí»






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