Page 4 - JUBILACIÓN ANDREA MAGAZINE
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Andrea Martínez Reyes                                                                                                                                                               P a g i n a | 3









                                                                UN COLEGIO VACÍO

                                                                Finales de marzo de 2020, su mundo (y el nuestro)
                                                            es el que alcanza a contemplar desde la ventana. Desde
                                                            aquí no puede verlo, su vista se queda en el final de la
                                                            subida de la calle Olimpia; tampoco puede oírlo,
                                                            aunque un inusual silencio parezca tintar el paisaje de
                                                            la cuesta. Pero sabe, porque no dejamos de repetírselo,
                                                            que un día más, el colegio está vacío.  Con la  mirada
     perdida visualiza un patio sin niños… imagina los goles del recreo que no serán celebrados, los mareantes giros que
     no realizarán los neumáticos, los taconeos que no harán temblar al tablao.


         Antes de que el desánimo alcance su cabecita, llega como un tesoro los buenos días de la Seño Andrea… ¿Qué
     será hoy? Preguntan sus ojos brillantes: ¿una ficha, una canción, o quizá un teatro? Entonces es cuando su
     corazoncito siente que están todos, que nadie falta. Esa es la Seño Andrea, unos ojos azules que te abrazan, una
     sonrisa que te acoge, un torbellino de energía que sigue enseñando aunque el país esté colapsado por un minúsculo
     virus. Lo hace desde el otro lado de la cuesta, sí, pero no desde un aula vacía llena de libros a medio leer y de
     juguetes sin juego; lo hace desde su casa: en el salón, a camino de la cocina o debajo de un limonero. Esa es la Seño
     Andrea, la que es capaz de instruir jugando, regañar amando, educar a padres y dar voz a críos. Esa es la seño
     Andrea, la que llena un colegio vacío.

         El tiempo pasará y Paula volverá a subir esa cuesta con la mochila cargada… pero quizá ya no de tantos sueños.
     Se pondrá innumerables veces más en la fila… pero posiblemente un poco menos ansiosa por que suene la campana.
     Allí estarán los niños y niñas… pero no estarán todos, su colegio estará un poco vacío, ya no estará su Seño Andrea.










                                                          A la MAESTRA con mayúsculas, a la que cada día
                                                    se  entrega  a  sus  niños  para  que  cada  cosa  salga  de  la
                                                    mejor forma posible. Sin  un  mal gesto hacia nadie,
                                                    siempre con una sonrisa  desde  primera hora de la
                                                    mañana, recibiendo a los niños con alegría. Dándolo todo
                                                    en cada cosa que dice y hace. Porque siempre tiene una
                                                    idea nueva que hacer y le pone todas las ganas del mundo
                                                    porque salga siempre estupendo. En la peor situación que
                                                    estamos viviendo hace que sea  más  llevadera, los  niños
                                                    parece como si estuvieran en clase. Nadie podrá ponerse
                                                    a  tu  altura  y  te  echaremos  mucho  de  menos.  Siempre
                                                    estarás en nuestro corazón.



                                                                             Anabel y Sara Fernández Salinas.
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