Page 8 - JUBILACIÓN ANDREA MAGAZINE
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Andrea Martínez Reyes P a g i n a | 7
EL CAMINO RECORRIDO
Todo camino llega a su fin. Pero este
camino nos deja muchos recuerdos bonitos,
únicos, maravillosos.
Llegó el día en que tuvimos que
empezar a andar por el camino, sobre todo
teníamos que hacerlo fácil, porque Mérida
era muy pequeñita, para que viera que andar
no daba miedo y que con ella estarían
muchas florecillas acompañándola (sus
compañeros de clase) pero sobre todo, una
guía que la llevaría hasta el final del primer
cruce, y a nosotros también.
Para Mérida ha sido el inicio de sus
primeros pasos en la educación reglada.
Primeros pasos convertidos en primeras
letras, primeros números, primeras salidas al
baño sola, primeros silencios en clases y
primeras risas entre compañeros y alguna
que otra cariñosa colleja que se asentarán
como parte de los cimientos educativos con
los que se va construir su persona, como un
edificio. Esos pilares que, a partir de ahora, se levantarán en tu ausencia, por tu merecido descanso, y que no
pueden haber tenido mejor forja que cada día se ve reflejada en la cara de nuestra hija.
Todo ha resultado perfecto, sin apenas sobresaltos, aunque algún nublado nos ha pillado, pero
¿quién no tiene algún día nublado a lo largo de un camino, de una construcción? Lo ilusionante es que
sabíamos que el sol saldría rápido, porque la guía estaba ahí, atenta, cariñosa, firme.
Mérida habla de la mejor “seño" y de la “suerte que ha tenido” cuando pronuncia tu nombre y cómo su
cara se ilumina cada vez que precede una comunicación contigo. Como padres esperamos que no termine
aquí, que la suerte continúe y que tú, seño Andrea, sigas formando parte de su construcción y de su
andadura y que esa combinación de disciplina, cariño, entrega y pasión por todo lo que haces siga en el
tiempo.
En estos dos años de convivencia diaria, nos dejas una hija educada, con ilusión por aprender, por
defenderse, por superarse, por convivir, por respetar… Esos son los mejores cimientos, los mejores pasos,
que puede tener para su futuro y con los que se sentirá orgullosa como nos sentiremos nosotros.
De ti también nos queda ese Jardín de los Sentidos, para disfrutar y aprender, que con tanto esfuerzo
has levantado y que nos sirve también de metáfora del legado que dejas en nuestra familia y por tanto en
nuestros corazones. Dejas un lago con animales y plantas, un camino con texturas por descubrir, árboles
hermosos por crecer y flores por oler, así como juguetes con los que soñar. Un jardín que también nos
enseñó a trabajar en equipo, a extralimitarnos en nuestra implicación en la educación de nuestros hijos y en
la defensa de la escuela pública.
Todas estas palabras nos sirven no para despedirte, sino para agradecerte tu pasión por tu profesión
y tu compañía como persona que sin duda seguiremos disfrutando.
Con todo el cariño del mundo,
Familia Fernández Salinero.