Page 10 - JUBILACIÓN ANDREA MAGAZINE 2
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Andrea Martínez Reyes P a g i n a |9
EL CAMINO RECORRIDO
Todo camino llega a su fin. Pero
este camino nos deja muchos recuerdos
bonitos, únicos, maravillosos.
Llegó el día en que tuvimos que
empezar a andar por el camino, sobre todo
teníamos que hacerlo fácil, porque Mérida
era muy pequeñita, para que viera que
andar no daba miedo y que con ella estarían
muchas florecillas acompañándola (sus
compañeros de clase) pero sobre todo, una
guía que la llevaría hasta el final del primer
cruce, y a nosotros también.
Para Mérida ha sido el inicio de sus
primeros pasos en la educación reglada.
Primeros pasos convertidos en primeras
letras, primeros números, primeras salidas
al baño sola, primeros silencios en clases y
primeras risas entre compañeros y alguna
que otra cariñosa colleja que se asentarán
como parte de los cimientos educativos con
los que se va construir su persona, como un
edificio. Esos pilares que, a partir de ahora,
se levantarán en tu ausencia, por tu
merecido descanso, y que no pueden haber
tenido mejor forja que cada día se ve
reflejada en la cara de nuestra hija.
Todo ha resultado perfecto, sin apenas sobresaltos, aunque algún nublado nos ha pillado, pero ¿quién no
tiene algún día nublado a lo largo de un camino, de una construcción? Lo ilusionante es que sabíamos que el sol
saldría rápido, porque la guía estaba ahí, atenta, cariñosa, firme.
Mérida habla de la mejor “seño" y de la “suerte que ha tenido” cuando pronuncia tu nombre y cómo su cara se
ilumina cada vez que precede una comunicación contigo. Como padres esperamos que no termine aquí, que la suerte
continúe y que tú, seño Andrea, sigas formando parte de su construcción y de su andadura y que esa combinación de
disciplina, cariño, entrega y pasión por todo lo que haces siga en el tiempo.
En estos dos años de convivencia diaria, nos dejas una hija educada, con ilusión por aprender, por
defenderse, por superarse, por convivir, por respetar… Esos son los mejores cimientos, los mejores pasos, que
puede tener para su futuro y con los que se sentirá orgullosa como nos sentiremos nosotros.
De ti también nos queda ese Jardín de los Sentidos, para disfrutar y aprender, que con tanto esfuerzo has
levantado y que nos sirve también de metáfora del legado que dejas en nuestra familia y por tanto en nuestros
corazones. Dejas un lago con animales y plantas, un camino con texturas por descubrir, árboles hermosos por crecer
y flores por oler, así como juguetes con los que soñar. Un jardín que también nos enseñó a trabajar en equipo, a
extralimitarnos en nuestra implicación en la educación de nuestros hijos y en la defensa de la escuela pública.
Todas estas palabras nos sirven no para despedirte, sino para agradecerte tu pasión por tu profesión y tu
compañía como persona que sin duda seguiremos disfrutando.
Con todo el cariño del mundo,
Familia Fernández Salinero.