Page 6 - JUBILACIÓN ANDREA MAGAZINE 2
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Andrea Martínez Reyes                                                                                                                                                               P a g i n a | 5









                                                                   UN COLEGIO VACÍO

                                                                Finales de marzo de 2020, su mundo (y el nuestro) es el
                                                               que alcanza a contemplar desde la ventana. Desde aquí no
                                                               puede verlo, su vista se queda en el final de la subida de la
                                                               calle Olimpia; tampoco puede oírlo, aunque un inusual
                                                               silencio parezca tintar el paisaje de la cuesta. Pero sabe,
                                                               porque no dejamos de repetírselo, que un día más, el
                                                               colegio está vacío. Con la mirada perdida visualiza un patio
        sin niños… imagina los goles del recreo que no serán celebrados, los mareantes giros que no realizarán los neumáticos,
        los taconeos que no harán temblar al tablao.


         Antes de que el desánimo alcance su cabecita, llega como un tesoro los buenos días de la Seño Andrea… ¿Qué será
        hoy? Preguntan sus ojos brillantes: ¿una ficha, una canción, o quizá un teatro? Entonces es cuando su corazoncito siente
        que están todos, que nadie falta. Esa es la Seño Andrea, unos ojos azules que te abrazan, una sonrisa que te acoge, un
        torbellino de energía que sigue enseñando aunque el país esté colapsado por un minúsculo virus. Lo hace desde el otro
        lado de la cuesta, sí, pero no desde un aula vacía llena de libros a medio leer y de juguetes sin juego; lo hace desde su
        casa: en el salón, a camino de la cocina o debajo de un limonero. Esa es la Seño Andrea, la que es capaz de instruir
        jugando, regañar amando, educar a padres y dar voz a críos. Esa es la seño Andrea, la que llena un colegio vacío.

         El tiempo pasará y Paula volverá a subir esa cuesta con la mochila cargada… pero quizá ya no de tantos sueños. Se
        pondrá innumerables veces más en la fila… pero posiblemente un poco menos ansiosa por que suene la campana. Allí
        estarán los niños y niñas… pero no estarán todos, su colegio estará un poco vacío, ya no estará su Seño Andrea.










                                                            A la MAESTRA con mayúsculas, a la que cada día se
                                                       entrega  a  sus  niños para que cada cosa salga de la mejor
                                                       forma posible. Sin un mal gesto hacia nadie, siempre con una
                                                       sonrisa desde  primera  hora  de la mañana, recibiendo a los
                                                       niños  con  alegría.  Dándolo  todo  en  cada  cosa  que  dice  y
                                                       hace.  Porque  siempre  tiene una  idea  nueva  que  hacer  y  le
                                                       pone  todas  las  ganas  del  mundo  porque  salga  siempre
                                                       estupendo. En  la peor  situación que  estamos  viviendo hace
                                                       que sea más llevadera, los niños parece como si estuvieran
                                                       en clase. Nadie podrá ponerse a tu altura y te echaremos
                                                       mucho de menos. Siempre estarás en nuestro corazón.

                                                                                Anabel y Sara Fernández Salinas.
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